Ya ha pasado más de un mes desde que REC TV reestrenó la recordada telenovela. Transmitida por Canal 13 en 1991 y protagonizada de manera coral por destacadas actrices, como Ana María Martínez, Liliana García, Rebeca Ghigliotto, Sandra Solimano, Gloria Laso, Soledad Alonso y Adriana Vacarezza. En Teleseries.cl conversamos nuevamente con Ricardo Vicuña, director de la apuesta dramática de la ex señal católica, quien habló acerca de cuál lugar ocupa la historia original del brasileño Cassiano Gabus Mendes en su carrera como realizador y qué opina sobre el retorno del melodrama a más de tres décadas de su única exhibición por la pantalla chica.
Por Pablo Carrasco.
¿Qué le parece que tras casi 34 años “Ellas por Ellas” haya vuelto a las pantallas?
Me parece fantástico tener la oportunidad de volver a ver a todos los actores, y la ciudad de Santiago de hace más de treinta años, en un retrato tan particular. En realidad, es incluso emocionante. Volver a ver esas imágenes después de tantos años, a mí por lo menos me trae de vuelta a una época que uno siempre recuerda con nostalgia. Desde luego éramos todos muchísimo más jóvenes y teníamos todo por delante. Es en verdad muy emocionante y solo debemos agradecer a REC por regalarnos estos viajes a la nostalgia.
Aunque tuvo buenos niveles de audiencia en 1991, Canal 13 nunca repitió “Ellas por Ellas”. ¿Qué opina de que haya ocurrido ese fenómeno?
El canal es en general bastante renuente a repetir esas producciones antiguas. Quizás por el pago de los derechos de los guiones o los derechos conexos de la música, de nuestros derechos como autores e intérpretes o lo que sea. Se demoraron mucho tiempo en repetir algunas que fueron incluso mucho más exitosas que “Ellas por Ellas”.
¿Usted escogió dirigir esta historia o fue una orden del área dramática que comandaba el fallecido Ricardo Miranda?
El canal era y es una institución jerarquizada, por lo tanto, los directores teníamos que acatar las órdenes que venían de la jefatura y “Ellas por Ellas”, sin duda fue una determinación del comité gerencial de Canal 13. En todo caso, los directores participábamos también en la toma de decisiones y en la selección del material, y Cassiano Gabus Mendes era un autor que nosotros apreciábamos mucho. Siempre nos otorgó material de muy buena calidad para desarrollar las adaptaciones que hacíamos en esa época.
¿Recuerda cómo fue trabajar con Silvia Hojman y Claudio Navarro adaptando los guiones originales de Gabus Mendes?
Lo recuerdo como bastante fluido en el sentido de que no estábamos autorizados a hacer demasiados cambios en las tramas del material que comprábamos y en general, las adaptaciones consistían más bien en limar las aristas de aquellas cosas que no encajaban con la realidad chilena, dado que provenían de la cotidianidad carioca, que era bastante distinta, con cosas tan sencillas como la cercanía de la playa, por ejemplo. En general, las tramas de Cassiano estaban ambientadas en Río de Janeiro y las menciones a la playa y a la vida cerca del mar eran bastante frecuentes, y nosotros teníamos que reemplazarlas, considerando que en nuestra realidad santiaguina no hay ni había, en esa época, equivalentes exactos con ese mundo de la playa. También la proximidad de las diferentes clases sociales en Río de Janeiro era un tema muy diferente a como se da en Santiago. Era una ciudad muchísimo más segregada de lo que en esos años parecía ser Río de Janeiro. Y entonces nuestra adaptación consistía básicamente en resolver esas pequeñas diferencias, que al público chileno le podían parecer extrañas o incomprensibles, sin incidir profundamente en las tramas. Después de esa época, tuvimos adaptaciones más creativas y propositivas haciendo cambios más sustantivos en las tramas que se compraron.
Hace algunos años, Liliana García señaló que Canal 13 censuró parte de la historia original de “Ellas por Ellas”. ¿Se acuerda si se trató de una imposición de las autoridades de la señal o fue una modificación hecha en su calidad de director?
Desde luego que la censura en esa época existía en forma totalmente nítida y explícita. No solo en esa teleserie. Lo vivimos en muchas producciones que yo realicé. “Ellas por Ellas” no fue la excepción. Efectivamente la trama se iniciaba por la muerte repentina de este alto ejecutivo teniendo un encuentro íntimo con su amante en un motel. Y eso para la línea editorial de Canal 13 de esos años era completamente inaceptable y no exhibible.
Bastián Bodenhöfer encarnó al protagonista masculino de “Ellas por Ellas”, que de por sí, era una historia coral y marcadamente femenina. ¿Cómo fue trabajar con el actor en esta apuesta, donde le asignó un rol de antihéroe cómico, y ya no como galán conquistador?
En general, para los actores y sobre todo para los que están encasillados en el rol de galán, la oferta de hacer un personaje anticíclico es sumamente atractiva. Por lo tanto, Bastián estaba muy contento y entusiasmado. Siempre fue muy propositivo y creativo a la hora de crear y construir el personaje. Viéndolo ahora, incluso uno puede considerarlo excesivo. Pero la verdad es que el tono delirante de comedia que proponía Cassiano en esta teleserie nos invitaba a desarrollar este personaje de esta manera bastante fuera de lo común, y en eso Bastián fue muy entusiasta, muy activo y creativo.
¿Hubo espacios para la improvisación dentro de las grabaciones de “Ellas por Ellas” y si acaso eso dio pie a que los personajes ‘rompiesen la cuarta pared’?
Precisamente por el carácter de comedia delirante que proponía Cassiano, nosotros nos permitimos en el estudio muchas jornadas donde la improvisación y la espontaneidad eran parte integral del trabajo. Ahora esa idea de romper la cuarta pared en verdad fue surgiendo en mi cabeza, a partir del trabajo diario. Yo empecé a considerar que había una especie de mirada de comedia satírica y quise invocar los famosos “aparte” del teatro de Molière, donde los personajes se conectan con el público en forma independiente, fuera de la trama, pero sin perder el personaje. Entonces comenzamos a hacer ese juego y esa mirada que después ocupé en otras producciones. Recuerdo en la serie “Los Venegas”, que dirigí algunas temporadas, también haber trabajado la idea de que los actores miraran hacia el público en ciertos momentos de la trama buscando complicidad.
“Ellas por Ellas” fue la primera teleserie de la carrera de Aline Kuppenheim, la última ficción en que dirigió a Álvaro Rudolphy, y fue la única telenovela en que trabajó con Amparo Noguera. ¿Qué recuerda de estos tres actores, que eran muy jóvenes y aún estaban lejos de consolidar su paso por el género del melodrama?
Supongo que será por el paso del tiempo, pero solo guardo muy buenos recuerdos de toda esa época. Hay que considerar que Canal 13 era el lugar ideal para el desenvolvimiento laboral del área dramática en esos años. Los mejores estudios, buenas instalaciones, camarines, horarios más relajados, menos cantidad de escenas por día, en general, era un ambiente de trabajo ideal y propicio para el proceso creativo de todos. Por supuesto que dentro de los márgenes que el modelo de producción de telenovela permite, que son siempre muy escasos, y que exige una cantidad importante de escenas terminadas, listas para ir al aire cada día, de manera que en verdad hace difícil el trabajo reflexivo y colaborativo. Pero dentro de ese escaso margen, creo que llevamos adelante una armonía creativa muy interesante con todos los actores, tanto los jóvenes como los que mencionas, como los más experimentados que estaban también muy contentos de participar en este juego.
Lucy Salgado desempeñó uno de los pocos roles antagónicos de su carrera en “Ellas por Ellas”. ¿Cómo fue trabajar con la fallecida actriz en esta teleserie y que haya sido usted el único director que le asignó todos los personajes de villana que hizo en la televisión?
Trabajé muchas veces con Lucy Salgado. Me tocó dirigirla en muchas producciones y siempre tuve una excelente relación con ella. Era una gran actriz y amiga. No tenía registro en mi cabeza de que me hubiera especializado en ponerla como villana. Hice muchos otros personajes con ella también, de modo que no siempre era la mala de la película. Guardo muy buenos recuerdos de Lucy. Era una actriz de la vieja escuela. Recuerdo siempre la anécdota de cómo marcaba sus escenas en el libreto. Además del clásico subrayado que utilizan los actores sobre sus parlamentos, Lucy terminaba con la abreviatura “H.A”, al final de cada escena. Un día le pregunté por qué marcaba con esas letras y me dijo que eso significaba “hasta aquí”. Es decir, ella no leía ni le interesaba la otra escena, solo le interesaban sus partes. En verdad disfruté mucho trabajar con ella. Lucy Salgado era una tremenda actriz, seria, intuitiva y profunda.
De todas las ficciones que hizo para Canal 13, ¿qué lugar ocupa “Ellas por Ellas” para usted?
Es verdad que hice muchas producciones durante mi carrera y muchas de ellas en Canal 13. En el caso de “Ellas por Ellas” me parece recordar que quizás fue la época en que todo estaba muy estable y era todo muy agradable laboralmente. En cuanto a la teleserie misma, la recuerdo como la producción donde hubo más espacio para el humor, las risas y que lo pasábamos realmente muy bien durante las grabaciones, precisamente por el clima de humor delirante que proponía Cassiano Gabus Mendes.
¿Cuáles han sido las producciones que más satisfacciones le han brindado en su trayectoria como director?
Es difícil hacer una jerarquización en esos términos como de mayor satisfacción. Hubo teleseries que me gustaron mucho por distintos motivos. “Mi Nombre es Lara” por ejemplo. Recuerdo que fui personalmente a comprar el libreto a Buenos Aires, me entrevisté con la autora Celia Alcántara para convencerla de vendernos la historia y permitir la adaptación, y luego pedí la autorización en TVN para llevar adelante una transformación completa del guión y hacer una adaptación muy significativa. Creo que el resultado fue interesante y siempre he pensado que debería volver a emitirse. También recuerdo con mucha nostalgia la telenovela “La Dama del Balcón”, de hace muchos años. Fue un guión muy notable y fue la primera vez que pude leer un guión completo antes de iniciar las grabaciones. Recuerdo haber viajado a Europa con la telenovela en la cabeza y a la vuelta de ese viaje, iniciar la producción que finalmente fue brutalmente censurada, mutilada, escondida y después exhibida de forma súper irregular años después. También me parece notable lo que hicimos en la teleserie “La Represa” trasladando las grabaciones lejos de Santiago y donde comenzamos a tratar los temas ecológicos muy tempranamente. También, desde luego, “Ellas por Ellas” por el clima altamente satírico que proponía. Por cierto, “Adrenalina”, que creo que marca un punto de inflexión en la historia de la telenovela chilena. Como no mencionar a “Mala Conducta”, que siguió a “Vivir con 10”, y consolidó una nueva área de producción dramática en Chilevisión. En fin, tantos títulos y tantas diferentes situaciones que se produjeron tanto en la audiencia, como en la vida de todos nosotros, que es difícil establecer una jerarquía.
Fotografías reproducción.