Junto con escribir y dirigir “La Prueba Final”, obra de teatro que nació de la teleserie “Generación 98”, el exitoso dúo creativo integrado por Juan Andrés Rivera y Felipe Olivares también fue el encargado de traer de regreso a los queridos personajes que Gabriel Urzúa y Daniela Ramírez interpretaron en la nocturna de Mega como protagonistas de una nueva serie que por ahora está disponible exclusivamente para los clientes de televisión de VTR y Claro, a través de Mega Go. El proyecto que los tiene debutando en la ficción audiovisual es también la primera serie de Cultura Capital, productora con la que han desarrollado exitosos musicales como “Morir de Amor”, “Las Madonnas”, “Vivo por Ella”, “La Incondicional”, “Tell me Why”, “Provócame” y “Tú eres la Tristeza de mis Ojos”. La talentosa dupla conversó con Teleseries.cl y aquí te contamos lo que nos dijeron sobre este nuevo desafío.
Por Pablo Carrasco.
¿Qué sienten con el estreno de su primera ficción audiovisual juntos?
Juan Andrés Rivera: Nos pone muy contento, porque es algo que teníamos muchas ganas de hacer y tener la suerte de hacerlo juntos creo que es un paso que queríamos dar hace rato.
Felipe Olivares: El formato nos acomodaba. Es una comedia y nos ayudó mucho estar los dos en esto y trabajar con personajes que ya conocíamos e inventar a otros personajes.
¿Siempre quisieron escribir algo como “I Love Robin”?
Felipe: Somos fanáticos de series como “The Office” o “Modern Family” que poseen el formato que tiene “I Love Robin” y nos gustó mucho la idea cuando nos propusieron que la serie fuese como un falso documental.
Juan Andrés: Sentimos que es algo poco explorado en Chile y nos pareció interesante y entretenido poder darle ese vuelco a los personajes y aprovechar ese género para el humor. No sé si es algo que siempre hayamos querido hacer, pero se dio de una forma bastante fluida la escritura y nos acomodó bastante el formato.
Juan Andrés ya tenía experiencia como guionista en “Once Comida”, “Pacto de Sangre” y recientemente “Baby Bandito”. ¿Cómo fue escribir “I Love Robin” para ti, Felipe?
Felipe: Fue súper fundamental que Juan Andrés fuera el otro guionista. He aprendido mucho con él, porque sabe bastante del formato, es muy disciplinado para escribir, sabe mucho acerca de las reglas y cómo escribir pensando en la producción. Eso ha sido un aprendizaje para mí. No tenía mayor conocimiento del formato más que verlo a él hacerlo anteriormente.
Ustedes ya habían tenido una conexión con “Generación 98” a través de la obra teatral “La Prueba Final”. Ahora se enfrentaron a un escenario distinto, pero con personajes en común. ¿Trataron de mantener lo conseguido con ese proyecto para “I Love Robin”?
Juan Andrés: Nos sirvió haber hecho la obra antes, porque así conocimos a los personajes. Para hacerla vimos grandes pedazos de la teleserie, donde descubrimos la dinámica y todo. Pero la obra teatral tiene otras reglas y posee un humor más absurdo y el encargo de esta serie era que tuviese un humor más familiar y realista. Es otro código, pero yo creo que nos sirvió haberla escrito.
Felipe: Cuando nos invitaron a escribir “I Love Robin”, también nos invitaron a hacer la obra de teatro de “Generación 98”. Hacer esa obra fue acercarnos a estos personajes y tuvimos que estudiarlos a partir de la teleserie. Realizar “La Prueba Final” nos ayudó a conocer el mundo, de qué se trataba todo y nos hizo más fácil escribir después “I Love Robin”.
¿Qué tal fue trabajar con la producción de la serie?
Juan Andrés: Aquí hay un cruce bastante virtuoso, porque no llegamos tan fortuitamente a la serie. Esta es la primera producción audiovisual de Cultura Capital, que es la productora de Francisco Olavarría, con la que venimos trabajando hace rato en nuestros musicales. Habíamos sostenido conversaciones para otras cosas antes con María Eugenia Rencoret, la directora del área dramática de Mega, y ahora se dio la posibilidad más concreta de hacer esta serie y pensaron en nosotros como guionistas. Y en realidad fue bastante fluida la forma de trabajar. Sentimos que igual hubo libertad dentro de las limitaciones del formato, porque es una serie que tiene un presupuesto acotado. Pero fue súper amable y ahí queremos destacar la figura de Juan Carlos Asencio, que es el productor general de “I Love Robin”, y que estuvo súper presente. Con él íbamos pinponeando muchas cosas, como decía Felipe, el guión y la producción audiovisual están súper vinculados. Entonces uno no puede escribir lo que se le ocurra sino que tiene que estar sometidos a ciertos parámetros.
Felipe: También en esta primera experiencia que tenemos nos hemos dado cuenta que la producción va mucho más de la mano en el guión, que lo que pasa en el teatro u otros formatos, y que es fundamental mantener una comunicación constante y abierta en lo que respecta, por ejemplo, a las locaciones. Que nos digan que algo está funcionando de cierta manera nos ayuda mucho a escribir lo que vendrá.
La televisión chilena ha conocido unas cuantas ficciones derivadas de teleseries, a partir de “Fácil de Amar” a principios de los noventa. ¿Qué opinan acerca de los spin-offs, se puede sacar algo mucho mejor de lo visto antes?
Juan Andrés: Un amigo guionista nos decía que era bueno que haya vuelto la tradición de los spin-offs de teleseries, porque a uno se le viene más a la memoria “Dinastía Sa-Sá”, “Los Cárcamo” o “Sucupira: la Comedia”. Siempre han sido sitcoms derivadas de telenovelas. Yo personalmente pienso que es un ejercicio lindo, porque la mayoría provienen como de un deseo del público de volver a conectar con los personajes con los que se enamoró en la teleserie y nuestro interés fue verlos desde otro punto de vista y profundizar más en ello. No sé si uno pueda hacer algo mejor. Obviamente que los lenguajes narrativos van evolucionando también y creo que esto tiene un punto de vista más nuevo en relación a las producciones anteriores. Tiene su propio parámetro.
Felipe: Yo vi todos esos spin-offs y también quiero señalar que era otra televisión. Eran teleseries demasiado exitosas y con ratings súper altos. Lo que pasó con esto y que encuentro muy bonito es que la gente pide y se enamora de algunos personajes de las teleseries y eso impulsa a la creación de spin-offs. Eso sucedió con Robin de “Generación 98”. Fue un fenómeno a partir de un personaje muy chico, que creció dentro de su teleserie y fue tanto que ahora tiene su serie propia. A mí me parece que es porque conectó con la gente y porque Gabriel Urzúa lo hace increíble y porque el guión de la teleserie le permitió desarrollarse. Eso es lo mejor del spin-off para mí.
¿Los espectadores se encontrarán con una secuela directa de “Generación 98” o con algo totalmente diferente?
Felipe: Hay personajes vistos en “Generación 98”, pero también tuvimos la libertad de hacer lo que quisiéramos y de crear nuevos personajes. Nos pusimos también en el concepto de realidad paralela, como un multiverso, de que Martita (Daniela Ramírez) nunca fue a la reunión de su curso. Entonces qué pasaría si no existiesen los otros personajes y si fuese topando con ellos desde otro lado.
Juan Andrés: En ese sentido no es una secuela. No es lo que pasa después de “Generación 98”. Como dice Felipe, es una realidad alterna, donde tenemos la amistad de Martita y Robin como lo principal. Fue una petición del canal también. Los capítulos son unitarios, con aventuras individuales, no queríamos supeditarnos, porque como hay varios finales de teleseries chilenas donde personajes terminan casados o con hijos, eso nos limitaba las posibles historias.
¿Qué fue para ustedes lo mejor de escribir “I Love Robin”?
Juan Andrés: Hubo hartas cosas buenas. Poder hacer nuestra primera ficción juntos. Tener esa libertad creativa que creo que tuvimos trabajando con el director Matías Stagnaro o con la Quena Rencoret, que al principio nos dio feedback. Pienso que fue un proceso bastante amable y también en pensar que esto lo iban a encarnar actores que nosotros ya conocemos y con los que tenemos un feeling creativo ya existente, refiriéndonos a Gabriel Urzúa y Daniela Ramírez. Fue un proceso que fluyó muy orgánicamente y creo que la posibilidad de explorar otras formas de comedia, más allá de lo teatral, nos sirvió de aprendizaje para ambos y bastante.
Felipe: Fue mucho trabajo y mucho reírnos también. Juan Andrés tenía más conocimiento de este formato, pero nunca lo habíamos hecho juntos y eso fue una novedad para nosotros. Cómo organizarnos para escribir una serie es algo muy diferente a pertenecer a un equipo de más gente. Ese aprendizaje nos sirve mucho para el futuro y lo que me gusta bastante de “I Love Robin” es que si bien Robin es el protagonista, Martita también es un personaje súper importante y se trata de esta dupla, donde uno no funciona sin el otro. Para nosotros fue fundamental que la Martita tuviese una marcada presencia en la serie, porque la gente se había enamorado de la relación de estos dos amigos, y a mí me gusta escribir sobre dos amigos que pasan aventuras y viven la vida juntos.
¿Se vienen más proyectos creados por ambos para la pantalla chica u otras plataformas?
Juan Andrés: Esperamos que sí. Por ahí hay ciertas cosas que ya se están empezando a trazar. Pero todavía no hay nada confirmado. Las ganas están. Como dice Felipe, esto ha sido un aprendizaje súper grande para los dos, y hay hartas cosas que hemos hecho en teatro, que nos gustaría adaptar para lo audiovisual y otras historias nuevas que siempre se nos están ocurriendo. Ahora que destapamos este camino no teatral, nos gustaría seguir explorándolo. Creemos que se vienen más cositas, aunque no hay algo cien por ciento confirmado.
Felipe: Fue lanzarnos a este formato que también, como hacemos mucho teatro, no nos había permitido hacer esto de lleno. Ahora que pudimos entrar, nos gustaría seguir explorándolo. Tenemos ideas de películas, programas para niños, etcétera. Nos interesa seguir explorando formatos dentro de la televisión o dentro del mundo audiovisual.
¿Por qué hay que ver la serie?
Juan Andrés: “I Love Robin” está hecha por un gran equipo que disfrutó mucho hacerla. Se respiraba un aire de mucha alegría en el equipo técnico, de producción y en el elenco. También sentimos que hacen falta comedias en Chile en materia audiovisual. Es una serie liviana, que se puede ver de muchos capítulos o de a uno. Se puede disfrutar de muchas formas. No es necesario haber visto la teleserie antes. Es para fanáticos del personaje de Robin, pero también es para gente que nunca lo ha visto. Me da la impresión que es la primera serie chilena protagonizada por un personaje LGBTIQA+, si no me equivoco. De cierta forma es un hito importante.
Felipe: Tratamos de mantener el espíritu del personaje, de la amistad, de una persona positiva, que ve la vida muy alegremente y disfrutar un poco de lo cotidiano de Robin, que ya han visto en otras aventuras.
Fotografías gentileza Mega.