Aunque Juan Cristóbal León tenía todo dispuesto para escapar de la Querencia y así acusar a José Luis (Gabriel Cañas) a las autoridades, la Morena se interpuso en su camino y convirtió al médico en su nueva víctima. De esta manera, tras ser drogado, abusado sexualmente y marcado a fuego por la misteriosa mujer, el joven se vio obligado en regresar a la casa de los Echenique. Y pese a que tras el ataque sufrido sus intenciones de huir continuaron, Teresita (Vivianne Dietz) lo instará a quedarse, dándole esperanzas de un futuro juntos. En Teleseries.cl hablamos con Simón Pesutic de su participación en “El Señor de la Querencia” de Mega y de lo que ha significado este nuevo desafío televisivo.
Por Osvaldo Donoso.
“El Señor de la Querencia” es tu primera teleserie de época, proyectos que son muy anhelados por los actores. ¿Qué te pareció estar en una producción de este tipo?
Sí, “El Señor de la Querencia” es mi primera teleserie de época y está súper acertada la manera de redactar la pregunta, porque en realidad, por lo menos para mí, siempre había querido hacer una teleserie de época, así es que ya desde ese lugar estoy agradecido, pero por todo lo que pasó después, estoy doble, triple y mucho más que agradecido. Creo que a nivel de factura, de imagen, de dirección de arte, del detalle, es una teleserie que sin duda debe ser de las mejores que se hayan hecho. La calidad del producto es muy elevada y en ese sentido digo que fue un lujo y un privilegio gigantesco haber estado en una producción así, y que además uno pueda sentarse a ver y decir “guau” la factura de esto, porque a mí me pasa cuando la veo. Y más allá de eso, también el personaje en particular que a mí me tocó interpretar es sin duda uno de mis personajes favoritos, sino el que más, porque lo disfruté mucho, porque era un personaje distinto, era la voz y los ojos del espectador, era un personaje de una sola línea, con poca oscuridad, haciendo un contraste en una teleserie donde la mayoría de los personajes son súper oscuros. Es una teleserie que disfruté un montón y estoy muy agradecido de esa oportunidad y de esa posibilidad. De verdad que fue un lujo, siento la teleserie como una joya.
¿Cómo fue construir a este personaje que llega inocentemente a conquistar a la hija del patrón y termina cayendo en los abusos de José Luis Echenique?
Juan Cristóbal es súper transversal a nivel de historia porque es el único ente mediador y con lucidez y sentido común en este lugar donde están todos un poco locos. Es un personaje que fue un agrado interpretar porque se cruzan muchas historias, además por su condición de médico fue un placer y muy entretenido de hacer. Además fui muy arropado por mis compañeros, y no solo por Gabriel (Cañas). Para mi haber trabajado con la Vivi (Dietz) fue un lugar súper seguro en términos actorales, donde aprendí mucho porque es una actriz muy talentosa, muy trabajadora y muy segura de lo que está haciendo, y cuando te toca enfrentar una escena con una compañera que mezcla todos esos factores: el talento, el trabajo y la seguridad, uno se siente muy arropado. Desde ese lugar la experiencia de trabajar con ella también me ayudó mucho a construir el personaje y me hizo crecer un montón como actor. Lo digo particularmente porque con Gabriel he crecido mucho, ya hemos hecho varias teleseries actuando juntos.
Esta telenovela es una historia del 2008, cuando las nocturnas aún destacaban por incluir desnudos y escenas sexuales, algo que ya se ha visto con tu personaje Juan Cristóbal. ¿Cómo fue abordar este tipo de escenas?
Ha sido desde un lugar súper contenido. Yo soy una persona que no tiene demasiados pudores con el cuerpo pero aún así en esta teleserie hay un equipo de trabajo muy preocupado. Es un equipo de trabajo que ya venimos trabajando juntos hace rato y ese equipo en particular, el equipo técnico, arte, producción y los directores son personas que también hace rato que vienen trabajando juntos entonces hay una zona de confort súper rica para trabajar desde ese lugar y que uno se sienta súper arropado y seguro. Y por otro lado, había un equipo encargado también, se llama coordinación de intimidad y está dirigido por el actor Eduardo Paxeco que se encargaba que para esas escenas, precisamente las escenas de violación, de desnudos, nosotros tuviéramos toda la tranquilidad, la seguridad y el cuidado necesario para hacerlas tranquilamente.
“La Ley de Baltazar”, “Generación 98” y “El Señor de la Querencia” tienen en común al director Nicolás Alemparte, que también estuvo en tus inicios con “Pobre Rico”. ¿Cómo ha sido ese trabajo?
Siempre es un agrado trabajar con él. Partimos juntos hace tantos años atrás en “Pobre Rico”. El Nico tiene un liderazgo súper especial, un liderazgo súper horizontal. Te hace sentir que tu opinión importa, que se puede conversar con él. Obviamente con todos los directores se puede conversar y a todos la opinión de los actores les importa, pero digo que quizás más aún en el caso del Nico, que es una persona súper empática y de ese liderazgo súper horizontal que hace que uno se sienta cómodo a la hora de interpretar un personaje. Es un director también que acoge muy bien las propuestas que uno tenga. Tiene una empatía a nivel profesional y también a nivel humano, entonces agradecido siempre de trabajar con él.
Si a estas teleseries sumamos “Secretos de Familia”, ya es una constante de estos últimos años la posibilidad de interpretar roles complejos. ¿Cómo evalúas esta etapa de tu carrera?
Siento que estoy en una etapa de mi carrera y de la vida en que estoy disfrutando de las cosas que hago y que me están pasando. Independiente de cuales sean, si son personajes más grandes, más chicos, más complejos o menos complejos, creo que ha llegado un momento en que me siento muy agradecido por las oportunidades que se me han dado, pero hoy día doblemente agradecido de poder disfrutarlas. Siempre las he disfrutado, pero creo que hoy día tengo un nivel de experiencia y de madurez que me hace poder disfrutar aún más, con más conciencia de lo que estoy haciendo. Y sin duda que es un momento de mi carrera muy dulce, pero también un momento de mi vida muy dulce, y esas dos cosas por supuesto que van de la mano.
Fotografías gentileza Mega.