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Gentileza Mega. |
Este miércoles finalmente se exhibió el capítulo más esperado de la segunda temporada de la teleserie de Mega, la recreación de la histórica catástrofe ocurrida el 22 de mayo del año 1960 y que hasta el día de hoy lleva el récord de ser el movimiento telúrico más grande en la historia de la humanidad, alcanzando una magnitud de 9.5 en la escala de Richter.
Para registrar el terremoto y posterior tsunami que azotó a nuestro país, siendo la ciudad de Valdivia la más damnificada, el equipo de “Perdona Nuestros Pecados” trabajó por más de tres meses y medio. Tiempo en que tanto la producción como la dirección de la teleserie se volcó por completo a investigar el hecho, primero, para lograr el objetivo trazado, y así luego confeccionar un storyboard que diera cuenta de cómo se registraría paso a paso este momento histórico.
En paralelo y junto al trabajo de efectos especiales para los cuales se contrató a una empresa especializada en el rubro, se construyeron maquetas a escala real de los diferentes lugares de Villa Ruiseñor que se verían afectados con el movimiento telúrico. Tal es el caso de la cúpula de la Iglesia que cayó de una altura de quince metros desatando el momento más dramático del capítulo, al dejar a Lamberto (Andrés Velasco) gravemente herido.
Para conseguir el efecto que se vio reflejado en los cerca de tres minutos y medio que duró el terremoto en pantalla, en la realidad fueron cerca de ocho, hubo que echar abajo varias calles de Villa Ruiseñor, su plaza, la recién inaugurada Casa Undurraga, la casa Corcuera que además se incendió, y lugares como el mercado y la peluquería. Todo ello se tradujo en más de cinco toneladas de escombros que debieron ser sacados del lugar donde se graba la teleserie y que durante las próximas semanas deberán volver a reconstruir.
En el caso del devastador tsunami, que se recrea cuando el padre Reynaldo (Mario Horton) intenta salvar a la pequeña Eva en la destruida casa de los Sotomayor en Valdivia, se usaron tres mil litros de agua los que fueron lanzados a presión a través de un tobogán de cuatro metros de altura sostenido por una grúa.