El profesional que en los últimos años destacó como creador y escritor de “Celeste”, la primera serie del canal NTV, inició su carrera internacional como coadaptador de la telenovela que protagonizan Oka Giner, Matías Novoa, Alejandro De la Madrid y Margarita Muñoz en Las Estrellas. El guionista que llegó a la cadena mexicana para participar de “Tu Vida es mi Vida”, adaptación del melodrama chileno “Amar a Morir”, en el que se desempeñó como jefe del equipo de guiones, también ha escrito teleseries como “Tentación”, “Hijos del Monte”, “Martín Rivas”, “Su Nombre es Joaquín”, “Somos los Carmona”, “La Chúcara”, “El Camionero” y “La Colombiana”. Jaime Morales Orellana habló con Teleseries.cl y nos contó lo que ha significado esta nueva experiencia luego de dos décadas de trayectoria en las pantallas nacionales.
Por Pablo Carrasco.
¿Cómo surgió el hecho de escribir fuera de Chile?
Sucedió cuando me preparaba para empezar mis vacaciones, luego de terminar la escritura de la tercera entrega de capítulos de “Celeste” para NTV. Había sido un proceso tan rico como exigente y pensé que en ese momento comenzaría el descanso. Sin embargo, poco antes de partir a mis vacaciones, recibí una llamada de mi agente informándome que se había dado el resultado de un casting de guionistas al cual había postulado algunas semanas atrás con pocas expectativas de ser seleccionado. Esta convocatoria era para formar parte del equipo de escritores que adaptaría “Amar a Morir”, telenovela en la que anteriormente había desempeñado el rol de jefe de guionistas en su versión local. Aunque la postulación fue anónima y no tenía garantía de preferencia debido a mi experiencia previa, estar familiarizado con la trama me proporcionó las herramientas necesarias para realizar una propuesta de adaptación sólida.
Fue en ese momento que recibí una invitación que no pude rechazar, especialmente por tratarse de un lugar al que cualquier niño o joven que creció viendo telenovelas en Latinoamérica anhelaría llegar algún día. La producción de Televisa, encabezada por la súper generosa Angelli Nesma, me brindó la flexibilidad necesaria para terminar mis vacaciones antes de incorporarme por completo al equipo. Además mantuvimos un par de reuniones remotas a través de Zoom para prepararnos antes de mi regreso. Fue entonces cuando conocí a Claudia Velazco, la jefa del equipo de adaptadores, con quien, junto a otros dos escritores, trabajamos en el desarrollo de la versión que serviría de base para el remake, y escribiendo algunos capítulos antes que se produjera un cambio de equipo y se nos invitara a escribir otra novela: “Marea de Pasiones”.
¿Qué tal fue tu llegada a “Marea de Pasiones”?
El haber trabajado con Claudia en el arranque del remake de “Amar a Morir”, me permitió descubrir a la que llamo “Mi alma gemela creativa”, porque ella es sinceramente una colega a la cual respeto, quiero y admiro mucho. Habíamos tenido un muy buen inicio, sin embargo “Marea de Pasiones” iba a ser la prueba de fuego, pues es una producción súper demandante, y los ritmos de trabajos son exigentes y extensos, para entregar calidad y la mejor historia. Esto, para alguien perfeccionista y fanático del género como yo, es como llegar a un parque de entretenciones, además del profundo honor de trabajar con grandes talentos, como la mencionada jefa de equipo, y Giselle González, quien está en la producción ejecutiva, es también nuestra asesora literaria, y tiene un espíritu de perfección, que me inspira y me compromete aún más.
Hace poco tuve la fortuna de estar en México y eso incluyó tener reuniones y visitar locaciones, y el trato de todos, desde los directores hasta el elenco, pasando por técnicos, fue tan rico y lleno de comentarios positivos de nuestro trabajo, que también complemento como parte de mi experiencia de llegada, con mucha alegría y, sobre todo, mucho agradecimiento.
¿Qué diferencias has encontrado escribiendo esta telenovela comparado al resto de tu carrera?
Es un verdadero placer estar escribiendo “Marea de Pasiones”, principalmente porque la diferencia fundamental entre todo lo que he escrito antes, y lo que estoy escribiendo ahora, es el tono de la novela. Es un melodrama clásico, con todos los elementos propios de él, pero sobre todo, con una intensidad dramática que es un goce y un festín de escribir. Con los decibeles altos, repleto de pasiones desbordante, amores apasionados y las tragedias vividas escritas con una profundidad emocional intensa y envolvente, que permite explorar dimensiones más intensas y exuberantes del drama humano. Esto en contraste con Chile, dónde el estilo es más realista, cosa que dicho sea de paso permite que nuestra ficción -y nosotros como escritores- estemos muy bien evaluados a nivel mundial, razón por la que muchas de nuestras obras se estén adaptando en otros países.
¿El trabajo en TelevisaUnivision es distinto al que conociste en señales y productoras audiovisuales chilenas o no?
No tanto realmente. Más bien hay similitudes. Por ejemplo, sigue siendo un trabajo más bien invisible. Mucha gente del equipo, y también la audiencia, no nos conoce y pareciera ser que las situaciones y diálogos surgen por arte de magia. Sin embargo, quitado eso que es más bien en clave de broma, existe un consenso tanto en la industria mexicana como en la chilena de que el guion es la piedra angular de cualquier producción, y que sin un guion sólido, una telenovela nunca alcanzará su verdadero potencial. Por lo tanto, nuestras jornadas de trabajo, los plazos de escritura, la meticulosidad y la exigencia son relativamente similares en ambos contextos.
¿Qué ha sido lo mejor de este proyecto?
Toda la cadena de alegrías que ha implicado el proceso. Desde ser parte de un equipo liderado por una autora excepcional, conocer a mis tremendos colegas encargados de los diálogos, a la valiosísima gente de producción, a un cast súper talentoso y apasionado, el ver en pantalla internacional magnificado el trabajo meticuloso que hemos hecho en guion gracias a una dirección, fotografía y arte impecable, el apoyo de mis colegas nacionales, el orgullo de mi familia, especialmente de mi mamá, el aprendizaje que siempre trae consigo ser parte de un nuevo equipo, la experiencia que se absorbe para nutrir futuros proyectos y por último, pero definitivamente no menos importante, el inmenso gozo de estar escribiendo un drama intenso, adictivo, con situaciones extremas y diálogos apasionados, un deleite absoluto para todos los amantes del melodrama propio de las telenovelas.
Según tu experiencia y lo que has visto en tu entorno, ¿hay posibilidades de que más guionistas chilenos escriban para otros países o el mercado internacional no es tan vasto y hay pasos que seguir para lograr un espacio?
La verdad es que no sé si exista una fórmula, o pasos a seguir, pero sí tengo claro que, por ejemplo, una de las cosas positivas que dejó la pandemia fue hacernos conscientes que los guionistas hacíamos teletrabajo desde mucho antes que se ampliara el termino, y esto abarca también el poder escribir para el extranjero. Sumado al prestigio de nuestras creaciones, es un momento en el que ser guionista chileno suele tener una entrada positiva. Por tanto, posibilidades yo creo que existen, y algunas se abren si es que se buscan, ya sea a través de convocatorias internacionales, o instancias de perfeccionamiento académico en el extranjero que crean puente y abren puertas para generar lazos de colaboración con colegas, productoras o televisoras, esto último vía becas, cursos o subvenciones. Los caminos me parece que son diversos, y creo destacar que llegar a escribir para el extranjero no es el final del camino, es más bien el comienzo, dónde lo importante es mantenerse, y validar día a la calidad y el espíritu creativo y responsable de los autores nacionales.
¿Tienes proyectos confirmados una vez termine la escritura de esta teleserie?
Por ahora estoy súper enfocado en terminar de escribir, ya que nos encontramos en la última etapa de este proceso. He recibido algunas invitaciones, principalmente de proyectos que no pude tomar por darle exclusividad a la telenovela, tanto para escribir, asesorar y hacer clases, pero nada confirmado todavía. Dada la intensidad de la faena de los últimos meses, creo que lo siguiente será un descanso para recargar las pilas y esperar para ver dónde se presenta la próxima oportunidad para contar una nueva historia. Digamos que estoy en un momento de “Continuará…”.
Fotografías gentileza Jaime Esteban Morales Orellana.