“Vivir con 10”, “Martín Rivas”, “Las Vega’s”, “Amanda”, “Si Yo Fuera Rico” y “Pacto de Sangre” son solo algunas de las teleseries que han marcado la carrera del actor que se aleja de la televisión con la nueva nocturna de Canal 13 como su último proyecto. En la telenovela que llegará a las pantallas a partir de marzo destacará como Gerardo Cruchaga, tío de la asesinada Sara (Florencia Berner).
El hijo menor de Octavio (Francisco Reyes) fue el único que siguió los pasos profesionales de su padre y se convirtió en doctor. Y si bien padre e hijo tienen una muy buena relación, Gerardo siente molestia hacia su progenitor por su forma de ser, marcada por sus aires de grandeza y conservadurismo. El menor de los Cruchaga es frontal, sarcástico, dice las verdades en la cara y siempre con una sonrisa algo burlona.
Le gusta incomodar y provocar, sobre todo a su familia, donde da la nota disonante y fuera de protocolo. Tiene un hijo, Cristóbal (Rodrigo Walker), y está separado, pero no tiene problema para vincularse con la mujer que quiera. Dentro de eso se ha convertido en el amante de Fátima (Celine Reymond), la esposa de su hermano Alfonso (Nicolás Saavedra); y es Sara, la noche antes de morir, quien los descubre a ambos juntos, lo que se suma a que esa noche, él no recuerda nada de lo que hizo.
Es que Gerardo es adicto a las drogas y el alcohol y está lejos de querer sanarse. Puede funcionar perfectamente en la vida social y laboral, pero siempre está bajo el efecto de algún químico. Su calidad de médico le permite acceder al mundo de los estupefacientes y sabe cómo usarlos sin que nadie se dé cuenta.
Acerca del rol con que retorna a la televisión, Gómez comentó que “Gerardo fue un personaje entretenido de hacer, con algunos vicios y una parte oscura… un tipo que puedes encontrar frecuentemente en nuestra sociedad. Es primera vez que me tocó ser papá de un cabro grande, que es Rodrigo Walker, y con eso desarrollar la relación padre-hijo. Por otro lado, es amante de Fátima, quien es la pareja de su hermano. Esa es una relación pasional que se confunde, porque Gerardo sí está enamorado de verdad, pero no ha conocido grandes amores, entonces se siente obnubilado por esta mujer… aunque probablemente ella no es la persona que él está buscando”, a lo que añade que “es un triángulo enfermo, porque esta familia en general está bien viciada, muestra una cara que no es. Hace rato que esto se viene arrastrando, porque ellos están enamorados desde hace tiempo, pero te empiezas a dar cuenta de que es solamente una relación carnal, sin otra vinculación. Yo lo veo a él, en definitiva, como alguien inmaduro emocionalmente”.
“Secretos de Familia” se registró en plena pandemia y Álvaro destacó al respecto que “si bien la teleserie fue grabada en tiempos pandémicos, lo que significa que tuvo una logística distinta a la habitual, fue una teleserie muy agradable y llevadera de grabar, con mucha risa y mucho humor, pese a que el género de esta telenovela es totalmente distinto, es un thriller. Lo pasamos muy bien, porque la compañía lo hacía sentir así; tengo muy bonitos recuerdos de mis colegas, como Mariana Loyola, Katyna Huberman, Nico Saavedra, Pancho Reyes, Celine Reymond o Simón Pesutic”.
Pero más allá de la historia, el personaje y la producción dramática en general, la nocturna es especial para Álvaro Gómez debido a que con ella cerró un ciclo en la televisión tras veinte años trabajando en ésta, sobresaliendo en variadas y exitosas apuestas de ficción.
En específico, tras el fin del rodaje de “Secretos de Familia”, el intérprete se fue a vivir al sur, primero a Chiloé y luego a Osorno, en donde se encuentra radicado actualmente y que viene a ser su ciudad natal. “En este momento, todos mis deseos y ganas están en el sur… estoy con ganas de trabajar acá, de desarrollar mi familia, de volver a los vínculos, de renovar los afectos, aquí está mi familia materna y mi necesidad hoy de estar con mi gente. Porque es un momento de privilegiar las cosas que llenan el corazón. Uno no se da cuenta cómo la vida se va, y hay que aprovecharla como uno quiere vivirla”.
Dentro de ese contexto, confidenció que “esta teleserie representa el cierre de una etapa de mi vida… yo, hoy, no podría aceptar ni hacer otro proyecto en televisión”, explicando que “efectivamente yo me retiré de la televisión en general y por lo que estoy haciendo acá en Osorno y por mis planes y proyectos, aunque me ofrezcan un gran personaje en una teleserie, no podría aceptarlo y quizás eso pase por un buen tiempo. Hoy, por más que pueda recibir una buena oferta en televisión, es imposible que la acepte. Mis requerimientos laborales y emocionales de hoy me hacen tener que estar en Osorno por un buen tiempo… pero quizás retirar es una palabra demasiado extrema. Yo hoy estoy retirado, pero trato de no ocupar ni el nunca ni el siempre, porque nada es tan categórico, tú no sabes las vueltas de la vida, que te va abriendo puertas y cerrando otras, y es difícil saber dónde vas a parar en un tiempo más. Desde mi perspectiva, estoy siempre abierto a esa movilidad, concibo la vida como algo móvil, transformador, movilizador, que se metamorfosea, y hay que estar dispuesto a la sorpresa cuando se te ofrecen distintas opciones. Es por eso que a futuro estaría muy feliz de volver a actuar, pero hoy y por un buen tiempo no lo haré”.
Mirando para atrás, y sus dos décadas de trabajo en la pantalla chica, el hombre que pasó por todas las áreas dramáticas de la televisión chilena declaró que “cierro un ciclo bonito de trabajo muy gratificante. Estoy muy agradecido de los años que pasaron y del trabajo que se me permitió hacer, yo traté de ejecutarlo de la mejor manera posible, traté siempre de ser profesional y lo disfruté a concho. No podría haber hecho otra cosa en mi vida probablemente. La vida me mostró una luz y la tomé y dije ‘voy para allá’, porque eso es lo que quería hacer. Fue una especie de oportunidad porque yo había fracasado en la universidad en el primer año de sociología y no sabía qué hacer, no había tenido mucha orientación, y apareció el teatro en mi cabeza, sin haber visto una obra profesional siquiera. Y con arrojo me fui detrás de eso”.
Sobre su vida actual en Osorno, Álvaro detalló que “para mí esto es volver a la tierra, a mis raíces, al verde, a la cercanía y a la empatía de la gente. Y siento que hay un nuevo Osorno que está creciendo y que tiene otros intereses, veo un Osorno de gente un poco más empoderada, en busca de hacer cosas y desarrollarse, transformar, y eso lo encuentro muy potente porque siento que puedo ser un aporte en eso. Aquí estoy cerca de mi familia, con más libertad de moverme, con más confianza y más desenvuelto”, agregando que “acá me proyecto como la prolongación de lo que siempre he sido. Soy una persona en constante crecimiento y aprendizaje. Aprendí harto afuera, viví muchas cosas que tal vez acá no habría vivido, y esa experiencia y conocimiento me gustaría plasmarlos desarrollando cosas en Osorno. El trabajo colectivo me interesa especialmente, porque el teatro es un trabajo colectivo por naturaleza, se hace con otros, incluyendo el público, y por eso ahora me interesa el trabajo social, me apasiona y me gusta mucho”.
En ese sentido, Gómez sintetizó que “quiero seguir entendiendo la realidad del otro, su forma de vida, sus oportunidades, su entorno y su compañía, pero ahora desde otro lugar, porque eso genera empatía, y ahí se pueden aunar principios y luego generar ideas en común en post de mejorar la calidad de vida… así que creo que puedo ayudar en algo. Hoy tengo la necesidad de salir de la trinchera del comentario o la crítica y pasar a la acción, y eso quiero hacer en Osorno”.
Fotografías gentileza Canal 13.