“Los Mil Días de Allende” estrenada en septiembre, “Cecilia, La Incomparable” que llegó a las pantallas en octubre y “La Cacería” que en los próximos meses regresará con su segunda temporada son solo algunas de las series que han contado con el destacado realizador como responsable de buscar a sus respectivos intérpretes.
Ya son veinticinco años en que el profesional a través de Matus Actores lidera los castings de producciones audiovisuales, área que también complementa como docente de actuación frente a cámara. “Cromosoma 21”, “No Nos Quieren Ver”, “Los Prisioneros”, “Helga y Flora”, “Inés del Alma Mía”, “Dignidad”, “Sitiados”, “Ramona”, “Príncipes de Barrio”, “Zamudio”, “Los 80”, “Sudamerican Rockers”, “Pulseras Rojas”, “El Reemplazante”, “Los Archivos del Cardenal” y “Cárcel de Mujeres” son otras de las exitosas y premiadas ficciones televisivas que cuentan con su sello. En Teleseries.cl hablamos con Roberto Matus, quien nos cuenta sobre los diversos procesos tras el fundamental y a veces desconocido rol del director de casting.
Por Pablo Carrasco.
Ya has trabajado en anteriores oportunidades con la productora Parox, ¿qué tuvo de especial “Los Mil Días de Allende” para ti?
Conozco el proyecto desde su gestación y siempre tuve consciencia de que esta producción sería muy especial. En primer lugar, por la envergadura de abordar -en la conmemoración de sus cincuenta años- un hito histórico relevante para nuestro país y la figura de un líder muy atractivo y complejo, conocido mundialmente. En segundo lugar, por asumir el tremendo desafío de diseñar el elenco de un grupo de figuras públicas muy frescas en la memoria colectiva. Y por último, por la fascinante oportunidad de contar el contraplano de una historia que ha sido generalmente observada desde un solo ángulo. Hemos visto muchas imágenes del exterior de La Moneda, pero muy pocas de la intimidad de los hechos de aquella época, con sus luces y sombras. “Los Mil Días de Allende” tiene la particularidad de indagar en lo que sucedió -o lo que pudo haber sucedido- entre cuatro paredes.
¿Tu labor implicó buscar a todos los actores que conformaron al elenco?
Tuve a mi cargo a todos los personajes principales, secundarios y figurantes. Y el proceso fue como lo he hecho siempre: como pintando un cuadro, desde su protagonista hasta los personajes que están en segundo y tercer plano. Finalmente un buen elenco es aquel que se construye desde su vista global hasta el detalle más profundo; donde cada elemento es importante y necesario para la armonía del cuadro completo.
¿Hubo elecciones de casting difíciles de realizar aquí?
La primera decisión que enfrentamos con Leonora González (showrunner), Nicolás Acuña (director) y Sergio Gándara (productor) fue si jugaríamos al “igualito a”. Estábamos muy claros que en algunos casos como el de Salvador Allende (Alfredo Castro), Eduardo Frei Montalva (Tito Bustamante), José Tohá (Néstor Cantillana), Fidel Castro (Benjamín Vicuña) y Augusto Pinochet (Daniel Alcaíno), teníamos que ser lo más fidedignos posible a la figura física real y ahí se me presentaba un desafío importante: encontrar a los actores que se acercaran a ese perfil físico. No caí en estrés, porque ya sabía que dentro del equipo tendría a mi mejor aliada: Margarita Marchi, diseñadora de maquillaje y caracterización, con quien he compartido equipo muchas veces. Era cosa de poner al actor o actriz indicado/a y ella completaría la creación. El maravilloso resultado ya lo pueden ver en los cuatro capítulos de la miniserie. Con el resto de los personajes, decidimos trabajar con sus esencias y los rasgos físicos más sobresalientes, como por ejemplo, la simpatía de Carlos Jorquera (Héctor Morales), la dulzura de Augusto Olivares (Iván Álvarez de Araya), las cejas gruesas de Radomiro Tomic (Claudio Arredondo), etcétera.
Además de la dirección de casting, ¿tuviste conversaciones con la directora de look y arte para que los actores entrasen de lleno a la caracterización de sus personajes?
Con Margarita hemos compartido varios proyectos, nos conocemos y nos entendemos muy bien, y siempre será bueno vernos al inicio de cada proceso para compartir ideas, esta no fue la excepción. Por otra parte, los actores y actrices que convoqué para esta ficción tomaron el gran compromiso de investigar a sus personajes reales; no tan solo con el objetivo de lograr un parecido físico desde la kinésica o la caracterización (algunos tuvieron que subir un poco de peso, otros adelgazar), sino también para conectar con las identidades de esos personajes, desde lo externo hasta lo más interno.
También se estrenó “Cecilia, La Incomparable” y próximamente llega la segunda temporada de “La Cacería”. ¿Qué tal fue formar parte de ambos?
En “Cecilia, La Incomparable” además de ser el director de casting soy también productor asociado, por lo mismo tengo una especial cercanía con el proyecto. Con Vanessa Miller, gestora y directora de la miniserie, nos conocemos mucho y me convocó a este sueño hace varios años, yo solo dije “ahí me tendrás, pase lo que pase” y así fue. Después de tanto tiempo, luego de tocar muchas puertas, Vane logró su anhelo; y aquellos y aquellas que la acompañamos en el camino, estamos muy orgullosos del resultado. La segunda temporada de “La Cacería” viene muy poderosa, es un thriller policial que te dejará pegado en la silla. Trabajar con su director, Juan Ignacio Sabatini, es como compartir con un amigo de siempre, con toda la complicidad que eso implica. No hay nada más entretenido que tener a un director o directora que te apoya en descubrir rostros nuevos. “La Cacería” trae a varios y eso siempre será motivo de orgullo. Siempre seré un director de casting que luche por considerar talentos nuevos y diversos.
¿Qué fue lo mejor de “Cecilia, La Incomparable”?
Hace honor a una mujer única y relevante no tan solo musical y culturalmente, sino también a un ícono que significa empoderamiento, resiliencia, valentía y orgullo. Cecilia posee todos los colores de la vida y la miniserie lo refleja perfecto; a través de un estilo melodramático musical, bien hecho, que encantará a los más adultos y sorprenderá a los más jóvenes.
Cuando la ficción está basada en hechos reales, ¿hay reglas o sugerencias que seguir para el casting?
La primera regla natural que aparece es el parecido físico, pero la mayoría de las veces no es tan determinante. Lo importante es que las decisiones que se tomen en el camino funcionen dentro de esa “realidad fílmica” que estamos creando como equipo. Por ejemplo, me ha tocado dos veces formar un elenco para el trío musical de Los Prisioneros. En “Sudamerican Rockers” (2014) abogué por Michael Silva para el rol de Jorge González. No tenía un gran parecido con la figura real pero, además de ser un muy buen actor, su esencia era impactantemente cercana a la de Jorge. En “Los Prisioneros” (2022), en cambio, Aarón Hernández fue mi favorito desde un inicio por su parecido físico y también por su intuición para abordar lo demás, desde la observación y la investigación. En ambos casos, el espectador reconoció al personaje real, desde lugares distintos y muy efectivos.
¿Te acomoda trabajar como director de casting cuando se trata de producciones de época o se trata de una coincidencia?
Me acomodan aquellos proyectos que sean significativos, ya sean por su contenido o forma. Da lo mismo que sean de época. Producciones anteriores, similares a “No Nos Quieren ver” donde los personajes centrales eran mujeres; la película “Los Colonos” que cuenta otro período tan siniestro de nuestra historia como el genocidio de los Selk´nam; la majestuosidad de la serie “La Casa de Los Espíritus” en las manos creativas de Francisca Alegría y Fernanda Urrejola o “La Misteriosa Mirada del Flamenco” -que estoy abordando en este momento- de un joven cineasta brillante (Diego Céspedes) que tiene mucho que contar sobre el mundo disidente; siempre llamarán mi atención. Y si me convocan, por supuesto ahí estaré.
Fotografías gentileza CNTV / ChileVisión / Movistar.