Con una personalidad ganadora y llamativa, el destacado actor vuelve a encantar a los televidentes al interpretar a Hernán Olmedo en la nueva teleserie nocturna de Mega. Casado con Macarena (Constanza Mackenna) y padre de dos hijos, el ‘Chico’ regresa a la vida de sus excompañeros de colegio con la finalidad de ofrecerles participar del proyecto Punta Virgen, un eco resort que producirá millonarias ganancias. De este nuevo desafío, trabajar nuevamente con el equipo de “La Ley de Baltazar” y sus futuros proyectos habló Gabriel Cañas con Teleseries.cl.
Por Pablo Carrasco.
¿Cómo ha sido asumir tu primer protagónico en teleseries después de casi diez años?
Lo asumo con muchas ganas, enfrentando el trabajo como siempre lo hago: con harto estudio e intentando aprovechar la plataforma lo más posible. Pero no me cae la presión sobre el protagónico. Es una teleserie bien coral y por el otro lado, no creo mucho en los valores del volumen de un personaje. En la escuela siempre nos enseñaron que no existen los personajes chicos sino que solamente actores chicos. Los desafíos más grandes de un rol protagónico tienen más que ver con la cantidad de tiempo y horas de estudio que uno requiere, porque uno graba mucho todos los días y estudias hartas horas en tu casa.
¿Qué te parece integrarte a “Generación 98” poco tiempo después de “La Ley de Baltazar” donde además coincides con el director y algunos compañeros de elenco?
Súper bien. Siempre hay que estar muy agradecido del trabajo y esta es una buena oportunidad. Lo más bacán de repetirnos, tanto elenco, director, y, por sobre todo, el equipo que es exactamente el mismo, es ganar una experticia en este arte, que es colectivo y tiene mucho de oficio. Mientras más practiquemos hacer esto y mientras más juguemos a hacerlo en serio, siempre se vuelve más bacán. Contar con Nicolás Alemparte en la dirección me da mucha confianza, porque permite jugar. La confianza y los pudores es algo que se vencieron en este grupo. Es un excelente ambiente laboral y espacio creativo.
Además vuelves a ser incluido en una historia original de Pablo Illanes a seis años de “Perdona Nuestros Pecados”. ¿Cómo ha sido esta especie de reencuentro?
Admiro a Illanes y Cutto López también. Me demoro mucho menos estudiando escenas de teleseries de Pablo y Cutto, porque comparto mucho sus puntos de vista. No dudan de ellos y sé la responsabilidad mediática que tienen al escribir. Eso me genera mucha confianza. En todas las escenas, por colectivas que sean o superficiales que parezcan, Pablo Illanes siempre tiene la inteligencia y el talento de urdir todas las tramas, que pasen muchas cosas por debajo y eso significa que te regala escenitas muy entretenidas de actuar. Pablo es un guionista que te permite actuar harto y eso siempre se agradece.
Ya es de conocimiento público que para cada nuevo personaje realizas un arduo trabajo de investigación. ¿El papel de Hernán Olmedo pasó por esos mismos métodos?
Este personaje también pasó por esos mismos métodos. Aunque tuvimos menos tiempo, porque nos pegamos bastante. Pero contar con menos tiempo me obligó a ir más a la intuición y establecer una estrategia que me permitiera elaborar algo profundo en menos tiempo. Me estoy concentrando en que el gran punto de inspiración para Hernán es el dios griego Hermes, o Mercurio en la cultura romana, que es el dios de los estafadores y los ladrones. Me basé en sus características psicológicas, pero, por sobre todo, estoy estableciendo una estrategia en donde este papel sea el de un hombre manipulador y para eso utiliza la empatía, al igual que el mito de Hermes con su hermenéutica, que es la capacidad de traducir el lenguaje.
Hernán posee mucho conocimiento sobre ello y desde ahí manipula al resto. La estrategia que hice para eso es que no genero ni actúo un rol sino que me enfrento a cada escena en donde digo “qué quiere el otro rol de mí” y también me pregunto “qué quiere el otro actor o actriz de mí”. En relación a esos pensamientos, voy armando escena por escena cómo debe comportarse Hernán Olmedo. Tengo pocas escenas en donde podemos verlo a él cómo es realmente.
“Generación 98” es tu quinta ficción en el horario de las veintidós horas y has hecho telenovelas para adultos en los cuatro principales canales de televisión. ¿Te sientes más cómodo trabajando en nocturnas que en vespertinas?
Sí. Me siento más cómodo en las nocturnas. Pero me gustan esos desafíos de esta cosa más amarilla que tienen las teleseries de las ocho de la noche, como “La Ley de Baltazar” e incluso “Caleta del Sol”. Suena un poco peyorativo, pero me refiero a que la audiencia que tienen que alcanzar estas teleseries, que va desde los cinco años hasta los ochenta y tantos, te obliga a que tanto la temática como la construcción de los personajes sea digerible para muchas generaciones diferentes, donde todos entiendan las referencias. A eso me refiero a que hay que amarillar un poco y engrosar la brocha. En las nocturnas obviamente uno se siente más cómodo, porque ese límite está más corrido y uno puede ser más sucio, más oscuro o tener contradicciones más feas y eso obviamente es un lugar que creo que a todos los actores nos gusta entrar.
¿Qué ha sido lo que más te ha gustado o llamado la atención grabando esta telenovela?
Lo que más me ha sorprendido tiene que ver con el trabajo del equipo entero. Es una teleserie que la hemos estado haciendo con mucha presión y con trabajo muy arduo. Hemos tenido que grabar hartos sábados, con alta velocidad, y siento que eso jamás ha ido en desmedro de la calidad y profundidad del trabajo que estamos haciendo. Eso se debe a este equipo que ya tiene experiencia trabajando juntos, con la dirección de Nico y Bárbara Della Schiava en la segunda unidad. Hay cierta expertiz que da el trabajo bien hecho y que también permite establecer confianza, en donde no hay tanto miedo al error tampoco. Lo otro que me ha gustado mucho es el elenco, especialmente este grupo de siete, porque nos hemos llevado súper bien y se ha generado una dinámica bastante rica, interesante y al mismo tiempo peligrosa. La teleserie nos obliga a ir a un lugar difícil, en donde mientras más daño se hagan los personajes, mejor va a ser la “Generación 98”. Eso causa que nosotros los actores nos cuidemos mucho, y a aprendamos a comunicarnos súper bien. Todo aquello ha devenido a que las relaciones se vuelvan mucho más profundas, más sinceras, y que también empecemos a mirarnos mucho. Somos casi todos de la misma edad. Tal vez algunos tienen más teleseries en el cuerpo que otros. Pero otros tienen más teatro en el cuerpo que los demás. Hay algo muy bonito de ver a la generación trabajando y descubrir cómo todos van abordando el trabajo, los rigores de cada uno y que todos tengan métodos diferentes. Eso siempre es muy enriquecedor y sorprendente.
¿Hay algún tipo de personaje o de historia que te gustaría realizar en televisión?
Tengo súper poco clara esta respuesta. Eso se basa simplemente en que no me importa tanto la historia o las circunstancias de la historia, más que el contenido. Creo que en cualquier guión, lugar o escenario, uno puede poner algún contenido interesante a través del personaje. Eso siempre me motiva. No sé si tengo alguna historia o personaje que me gustaría hacer en televisión. Debe haber varias, pero también me doy cuenta que soy poco exquisito y mañoso en eso. Mi foco está más puesto en el contenido. Sí me percato que en televisión llevo harto tiempo haciendo personajes de mayor poder adquisitivo y tal vez sería más interesante indagar en otros escenarios. Cualquier historia o escenario te puede permitir mostrar una humanidad contradictoria o poner un contenido interesante. Soy bien lacho en cuanto a ese tipo de cosas. Me da un poco lo mismo.
Háblanos acerca de tus próximos proyectos tanto en lo audiovisual como en el teatro.
En lo que llevamos de 2023, ya he estrenado cuatro obras de teatro. Recién estrené “El Gran Silencio” de la Compañía Terrícola, una obra súper interesante con un grupo con el que llevamos trabajando muchísimo tiempo y con el que hacemos proyectos súper interesantes y bonitos. Estaremos en GAM hasta el 9 de julio. Estuve con la trilogía de los Bonobo en marzo y también con “Morir de Amor” de Los Contadores Auditores. Me he involucrado en hartos proyectos teatrales y audiovisuales. Pero lamentablemente he tenido que salir de muchos, principalmente porque la carga laboral que demanda estar en “Generación 98”, en cuanto al factor horario, dificulta hacer otras cosas. Nunca me había pasado antes en televisión. Tenía personajes más chicos que este y entonces me daba más el tiempo para repartirme en las otras cosas que hago. Esta vez voy a tener que enfocarme más, porque ahora con este estreno que ya es el cuarto de este semestre o estoy más viejo o definitivamente es mucha la cantidad de pega. Pero siempre súper agradecido y contento de eso. Hasta ahora, en el segundo semestre, me voy a dedicar más al remontaje de obras teatrales y a seguir grabando esta teleserie, que me tiene súper entretenido.
¿Piensas que “Generación 98” seguirá manteniendo a sus televidentes fieles en los siguientes meses?
Tiene una muy buena combinación entre hartas cosas: un elenco súper atractivo, donde las actuaciones son súper buenas. Yo me maravillo con todo lo que hacen mis compañeras y compañeros. Eso le añade calidad y entretención, porque siempre es divertido ver cómo se mueven personajes como estos. Creo que al ser comedia también le brinda algo súper interesante y entretenido para esa hora y a través de algo empático, que todos hemos vivido, que son las historias o las relaciones que nos quedan de esa etapa colegial. La comedia está cruzada con un factor reflexivo que tiene mucha tensión. No aparece desde un lugar más simple sino que toda la risa que existe en la teleserie también tiene una reflexión por detrás. No sabemos bien si es correcto que los personajes se rían de esas cosas o que se festine y molesten de tal manera. Va hablando sobre nuestra moral, nuestra ética, de lo que es justo e injusto.
En “Generación 98” hay hartos conceptos y problemáticas que son súper profundas e interesantes. Mostrar todo eso a través de la comedia es súper estimulante. Ya siento el impacto que ha ido cosechando la teleserie cuando salgo a la calle. Se va viendo cómo el público se reconoce con los personajes y hay mucho interés de cómo se va a desarrollar. Recordemos que estamos con Illanes y ahí los giros de la ficción existen a la vuelta de la esquina, sin miedo, y eso siempre vuelve imperdibles a las teleseries de Pablo.
Fotografías gentileza Mega.