El escritor que recientemente destacó en los equipos de la nocturna “Amar Profundo” de Mega y la serie juvenil “Celeste” de NTV, y que junto a Claudia Villarroel fue el único que participó de principio a fin en los guiones de la extensa teleserie de Canal 13, habló con Teleseries.cl con motivo del decimoquinto aniversario de la producción estrenada en 2007. Cómo convirtieron la teleserie argentina “Lalola” de Underground a nuestra idiosincrasia, las consecuencias que trajo el sorpresivo alargue y las presiones de la iglesia católica por las temáticas presentadas en la historia fue parte de lo que Zergipio nos contó.
Por Pablo Carrasco.
¿Sabes cómo se dio la llegada del guión argentino “Lalola” a Canal 13 y por qué lo eligieron?
En ese tiempo estaba Rodrigo Sepúlveda como asesor de guiones del área dramática y nos contó que Canal 13 había decidido jugársela con una adaptación de una tira argentina, o sea, una teleserie, y que José Ignacio ‘Chascas’ Valenzuela, estaría a la cabeza del equipo de guionistas. Sé que vieron en “Lalola” la posibilidad de hacer mucha comedia y en tono familiar, porque me acuerdo perfectamente de que la referencia que nos dieron eran las películas de Eddie Murphy donde su cuerpo cambiaba y el humor se hacía a partir de eso.
¿Cómo estaba conformado en un principio el equipo de guionistas?
El jefe de guión y principal responsable de la adaptación era José Ignacio Valenzuela, que escribió los primeros capítulos, hasta el número trece aproximadamente. El resto del equipo, éramos Claudia Villarroel, Marcelo Castañón y yo, que empezamos a escribir algunas escenas y de ahí, los capítulos completos. Después, las escaletas las hacíamos nosotros y Chascas las corregía, supervisaba y aprobaba todo desde Puerto Rico. Era súper expedito el sistema que teníamos.
¿Qué cambios se hicieron en la primera etapa de “Lola” para aterrizar la historia a la realidad chilena?
Si bien es cierto, el primer capítulo es casi igual a la argentina, el resto se cambió casi por completo. “Lola” mantuvo la mayoría de los personajes de “Lalola”, pero sus tramas en la versión chilena eran otras y mucho más locales. La modificación principal fue el personaje de Grace (Ingrid Cruz), que en Chile era la gran enamorada del protagonista y se convirtió en la historia romántica central, a diferencia de la argentina, donde Lola se empieza a enamorar de un colega, allá Facundo, acá Diego, personaje que interpretó Gonzalo Valenzuela. Además, Chascas Valenzuela armó un mundo completamente nuevo en la casa del jefe de Lola (Blanca Lewin), Aguirre (Héctor Noguera), y se incluyeron personajes populares, como Flora (Maricarmen Arrigorriaga) y la Meche (María Gracia Omegna), que chocaban con el rol de Solange Lackington (Marité) y de Natalia (Fabiola Matte). Fue un tremendo acierto este núcleo familiar, porque fue uno de los más queridos y recordados de la teleserie. Con Meche y Natalia, además, se fue armando el mundo juvenil, donde estaban también Nico (César Sepúlveda) y Boogie (Gonzalo Olave).
¿Canal 13 puso objeciones al tratarse de “un hombre en cuerpo de mujer” e incluir hechicería?
En el tema de hechicería, nada. En la trama central, se nos dejó súper claro que no podíamos contar una historia de amor homosexual y que debíamos poner algunos límites: en “Lola”, era Diego el que estaba enamorado de Lola y nunca fue recíproco. Las veces donde ellos se besaban eran pesadillas de Lola o, una vez, Diego le robaba un beso y Lola partía a lavarse la boca con jabón.
¿Cómo se dio el anuncio del primer alargue y si acaso hubo rumores de qué podía pasar?
Los guionistas del área dramática ya estábamos en otros proyectos, cuando Rodrigo Sepúlveda nos citó a todos a reunión, nos sentó en una gran mesa, y nos dijo que el canal había decidido alargar “Lola”. Nosotros pensamos que era una broma y nos reímos, pero no. Era cierto. “Lola” ya estaba escrita y grabada completamente, quedaban unas semanas de emisión, y no había ninguna proyección para hacer un alargue. Rodrigo dijo que era decisión de nosotros, si dejábamos el capítulo final como estaba o lo cortábamos en la mitad, para que no terminara la historia y construir a partir de ahí. Durante esa misma reunión, tuvimos que decidir quién sería el nuevo jefe de guión, porque el Chascas estaba con “Don Amor”, y ahí se eligió a Claudia Villarroel como la guionista que encabezaría al equipo, que en ese momento, éramos todos del área: Marcelo Castañón, Eduardo Pávez Goye, Daniela Lillo, René Arcos, Andrés Telias, Patricio Heim y yo. También en esa reunión, improvisamos cómo alargar la trama principal y las secundarias. Una de las ideas que salió en la reunión y que a todos les encantó fue la de Jorge Alberti corriendo vestido de novia por la Plaza de Armas, mientras sonaba el tema “She’s a lady” de Tom Jones, la que tenía que estar sí o sí. El gran problema de alargar la teleserie era que debíamos sacar diez capítulos a la semana, sin tiempo para proyectar a futuro, lo que importaba era la rapidez más que el contenido. A los guionistas que estuvimos en esa reunión nos felicitaron mucho por la capacidad de reacción que tuvimos.
¿Cuál era el primer final original de “Lola”?
Como “La Bella y la Bestia”, Lola aprendía a amar y recuperaba su cuerpo de hombre. Volvía a ser Lalo (Jorge Alberti), se quedaba con Grace, a quien se veía embarazada, y eran felices para toda la vida; Diego encontraba consuelo en Pepa, la versión femenina de Lalo; Marité lograba juntar a Aguirre y Flora y les regalaba un viaje a Puerto Rico, para hacer un guiño a “Don Amor”; había un matrimonio doble, si no me equivoco, en el Cerro San Cristóbal, y se casaban Pato (Nicolás Saavedra) con Sole (Aranzazú Yankovic) y Julia (Elisa Zulueta) con Boogie. Lo mejor era el final de los villanos: se repetía la misma escena del primer capítulo, donde Romina (Catherine Mazoyer) iba a ver a Lalo a un bar y lo amenazaba con la frase “no sabes con quién te metiste, Lalo, no tienes idea”, pero esta vez se la decía a Gastón (Diego Muñoz), dando a entender que lo convertiría en mujer. Lo que se mantuvo de este final y que se retomó en el del alargue, era que la historia era un texto que escribía Rafaela (Tere Hales), siendo ella la narradora del cuento.
¿Qué implicó para el equipo de guionistas escribir el alargue?
Mucha locura y cansancio. Claudia Villarroel y yo fuimos los únicos que nos mantuvimos en el equipo de guionistas de “Lola”, desde el principio hasta el final. Durante el proceso, varias veces tuvimos que escribir diez capítulos a la semana, lo que era una misión imposible. Claudia se iba a vivir a mi casa, escaleteábamos un capítulo en la mañana, uno en la tarde y uno en la noche, durante lunes, martes y miércoles; y el jueves en la mañana, el que faltaba. Los demás guionistas recibían los capítulos y se ponían a escribir las escenas de inmediato. El resto de la semana, Claudia editaba y mandaba a producción; yo hacía las correcciones del director; los demás proyectaban. Durante esa etapa, no había fines de semana ni feriados. Recuerdo que, incluso, nos tocó trabajar en el canal ese primero de mayo. Y para qué decir lo que fue cuando por fin la terminamos: algunos guionistas al psicólogo, otros con ataques al colon, otros terminaron de pololear, en fin. La locura en la pantalla era menos que la que sucedía detrás de las cámaras.
¿Lo mejor y peor del alargue?
Lo mejor, la posibilidad de dejar a volar la imaginación y escribir situaciones que en ninguna otra teleserie se podrían haber hecho. Lo peor, creo que, debido al poco tiempo que había, tuvimos que improvisar mucho y no proyectar a futuro. Lo importante era sacar los capítulos y no atrasar a la producción.
¿Qué tan complejo fue instalar el concepto de “un hombre en cuerpo de mujer embarazado”?
Entre los tantos hechizos que hubo, Lalo y Pepa (Blanca Lewin) recuperaban sus cuerpos, Pepa por fin pudo concretar su amor con Justin (Héctor Morales), y después, cuando volvían a intercambiarse los cuerpos, el cuerpo de Pepa venía con una bendición, por ende, Lola estaba embarazada. Como Lola siempre se trabajó como un hombre en cuerpo de mujer, él tenía pesadillas donde se veía como hombre embarazado y fue esa imagen la que se usó para promocionar “Lola Baby”. ¿Muy enredado? Lo realmente complejo fue cuando la Iglesia se molestó por ese afiche, pues de acuerdo con su modo de ver las cosas, estábamos jugando con algo demasiado sagrado, que era la concepción, y que sólo una mujer podía tener ese estado. Estuvieron a punto de cancelar la teleserie.
¿Con todos los alargues qué se perdió de “Lola” y qué se pudo mantener?
Me parece que el espíritu se mantuvo, pero como había que parchar tanto y trabajar sobre la marcha, hubo giros que le quitaron la verosimilitud que tenía antes del alargue. Por ejemplo, lo que hacía el hechizo original era intercambiar los cuerpos de Lalo y Pepa, por lo que aparecían Lola y Pepe, pero en más de una ocasión, producto de los tiempos de los actores post alargue, tuvimos que hacer que el hechizo saliera mal y que aparecieran dos personas con el mismo cuerpo, o sea, Jorge Alberti y Blanca Lewin se duplicaban y estaban al mismo tiempo en pantalla Lola y Pepa o Lalo y Pepe. Igual en la teleserie podía pasar cualquier cosa, ni siquiera producto de la magia, como lo que pasó con Maricarmen Arrigorriaga, que se fue del proyecto a la mitad, y tuvimos que inventarle un accidente, cambiarle la cara, y cuando le sacaran las vendas a esta “momia” apareciera Renata Bravo en su lugar, imitándole la voz.
¿Algún personaje que recuerdes con cariño?
Sí. Me tocó escribir mucho a Marité y me divertía creando sus frases y ocurrencias. Amo el personaje y amo también a la actriz, porque estuve ahí cuando le entregaron el personaje a Solange Lackington y vi como lo fue construyendo de forma súper profesional. Ella estaba preocupada, porque hizo una cuica en “Machos” y quería hacer algo distinto, entonces, hasta una risa característica le inventó.
De ser retransmitida, ¿crees que funcionaría “Lola” en estos tiempos?
Me lo he preguntado algunas veces y creo que sí podría funcionar, porque, aparte de lo entretenida que era, tiene temáticas que siguen siendo contingentes y que se trataron bien. De todas formas, por la época en que se escribió, tiene otras que podrían ser muy criticadas, como el humor tipo bullying, como el que recibía el personaje de Aranzazú Yankovic. Me gustaría que se pudiese dar con el final original, pero, si le llega a ir bien, creo que volverían a darla con el alargue.
Fotografías reproducción Canal 13.