La destacada actriz habló con Teleseries.cl acerca del retorno de la telenovela que protagonizó hace treinta y seis años, a través de TVN Play. A quien podemos ver en la recta final de “Amar Profundo”, contó sobre su preparación para interpretar a más de un personaje, la complejidad del guión, el exceso de trabajo que acumuló durante las grabaciones, la censura de la que fue víctima la telenovela y sus expectativas con la disponibilidad de la ficción ahora vía streaming.
Por Pablo Carrasco.
¿Recuerda cómo fue que le designaron el papel protagónico de “La Dama del Balcón”?
Yo había salido hace muy poco de la escuela de teatro, hice la obra “Tres Marías y una Rosa”, que fue un gran éxito, estuvimos dos años montándola con la compañía e hicimos giras internacionales. Me acuerdo que me llamó Sonia Fuchs -productora ejecutiva del área dramática de TVN-, porque tenía esta teleserie que la encontraba muy buena y a su texto extraordinario, y necesitaban a una actriz para el protagónico. Ella quería que me sacara unas fotos, para el personaje de la española Nora de Castaños. Me sacaron fotos y Sonia me dijo que las iba a presentar al directorio, para proponer que hiciera yo este rol. Lo hizo e inmediatamente me llamaron para hacer “La Dama del Balcón”.
¿Cómo se preparó para encarnar a dos personajes totalmente opuestos y qué fue lo más complejo de ese proceso?
Lo más importante, a la hora de interpretar a Nora de Castaños, era que el público creyera que ella era española. El hablar fue clave y yo, que estuve toda mi vida en un colegio de monjas españolas, tenía el acento ya incorporado. No tuve problemas y además tengo muy buena ortografía, porque las palabras con las eses, las ces y las zetas, son muy importantes en el acento español. Entonces, yo conocía ese cantito. Por un lado, había que preparar al personaje, del cual ya sabía su gran secreto: que era una mujer que se veía de treinta años, pero que, en realidad, tenía más de setenta. Para ello, tuve que buscar ese ritmo interno para dar con esa cosa misteriosa que tenía que proyectar Nora de Castaños. Y por otro lado, Regina Rey era una niña, de alguna manera, una persona más joven, ingenua, llena de vida, ganas y esperanzas. Había una diferencia entre interpretar a una persona que está empezando a vivir y la otra que está terminando de vivir.
¿Sufrió episodios de estrés protagonizando esta teleserie?
Hacer “La Dama del Balcón” fue mucho trabajo. Tanto así que durante muchos años no quise hacer más teleseries. Quedé realmente agotada y me alejé casi quince años de las telenovelas. Yo grababa el día entero y tenía que hacer un esfuerzo enorme para aprenderme los textos de los dos personajes. Ahora hay un máximo de escenas que un actor puede hacer en televisión. Pero antes no. Me tocaban muchas escenas al día, cambiando de un registro a otro. Me dolía la cara de tanto sacarme y ponerme maquillaje. El cuero cabelludo igual, ante los cambios de pelo, porque para Regina usaba peluca, en cambio, para Nora lucía mi pelo real. Fue un trabajo duro, muy bonito, pero exigente.
A pesar de que en la historia eran dos personajes, durante muchos capítulos se da a entender que en realidad eran tres mujeres idénticas (Olga, Nora y Regina). En base a aquello y que uno de estos roles aparecía solo mediante raccontos, ¿cuál le gustaba más interpretar?
Olga de Villanueva fue la que menos hice. Tuve pocas escenas y no la llegué a manejar tanto. Ella era el tercer personaje, por decirlo de algún modo, a quien se le hace este experimento genético, con el cual queda joven para siempre. Olga cambia su identidad después y pasa a ser Nora. Aparecía en raccontos de los años treinta, como esta española más joven que las otras dos y más llena de vida, a la cual su marido, que trabaja para los soldados nazis, le hace este experimento. Pero entre Nora y Regina, me cuesta mucho decidir por una de ellas, porque ambas me encantaban. Si bien, Nora tenía este halo de misterio, que era muy entretenido, Regina era la fuerza, la ingenuidad y las ganas de vivir. Ambas tocaban teclas muy distintas en mí.
Sus personajes en la teleserie tuvieron muchos hombres interesados en ellas (Nelson Brodt, Alex Zisis, Alejandro Cohen, Roberto Navarrete, Rolando Valenzuela, Sergio Aguirre, Hernán Vallejo y Aldo Parodi). ¿Es “La Dama del Balcón” la telenovela donde más besos ha tenido que grabar?
Por supuesto. Tres personajes de mujeres jóvenes que tenían sus romances y debían agarrarse a besos con todos. Nunca me voy a olvidar de un día de grabación en que llegué con una actitud terrible y me tocó grabar escenas de besos con tres actores diferentes. Me provocó casi una repulsión seguir dando besos. No era nada fácil. Pero, al final, me reía de lo que pasaba y les decía a todos que los que querían besarme hicieran una cola.
¿Qué tal le pareció el trabajo de dirección de Ricardo Vicuña y Ana Reeves, así como también de Sonia Fuchs, en la producción?
Fue una teleserie que tuvo una gran excelencia. Todo el mundo estuvo muy comprometido y trabajó muy bien. Además, estaba María Elena Gertner escribiendo los libretos; habían contratado al famoso estilista Luigi, para que hiciera los peinados a las actrices; Marco Correa estaba a cargo del vestuario y Sergio Zapata de la escenografía. Era lo mejor de lo mejor, que había en ese minuto en Chile. El área dramática de TVN apostó mucho con “La Dama del Balcón” y por eso dolió tanto lo que pasó.
¿“La Dama del Balcón” tuvo problemas desde el principio, respecto a su realización, o eso se dio mucho después?
Cuando ocurrió lo que ocurrió fue triste, pero mentiría si dijese que fue una sorpresa. De alguna manera, todo el equipo de “La Dama del Balcón” estaba tratando de pasarle un gol a TVN, que, al final, el canal no lo permitió pasar. Recuerdo que Sonia Fuchs me dijo que los capítulos de la teleserie los había leído y visto Francisco Javier Cuadra -exministro secretario general-, y él personalmente le ordenó a Sonia que sacara todo lo relacionado con nazis en “La Dama del Balcón”, que no debía salir al aire. Nosotros sabíamos que la dictadura militar tenía relación con la Colonia Dignidad. Pero era un secreto a voces, que nunca se reconoció hasta muchos años después. En ese tiempo, la gente no creía que ese había sido el motivo de la censura de la teleserie y pensaba que eran invenciones.
¿El elenco se enteró que la teleserie iba a ser postergada en su estreno y después, censurada en su primera emisión, o no?
A medida que avanzaron las grabaciones, todos nos fuimos enterando de lo que iba a pasar con ella. Recuerdo que fueron a mi casa para que doblara escenas de Olga de Villanueva para ponerle otros textos, donde en lugar Dachau -campo de Concentración-, dijese Marbella, por ejemplo.
¿Protagonizar “La Dama del Balcón” le significó algún veto de parte de TVN, ya que hasta 1999, usted no volvió a actuar en una telenovela de la red estatal, o existieron otros motivos al respecto?
A mí me volvieron a llamar después, para hacer un personaje que le habían quitado a Consuelo Holzapfel, porque TVN les tenía prohibido a los actores que hacían teleseries, asistir a manifestaciones públicas, y ella fue, y la echaron. Me llamaron a mí y respondí que de ninguna manera iba a aceptar un rol que le quitaron a una actriz por censura. Desde ahí, no sé si fui vetada, pero no volvieron a llamarme durante muchos años. Sé que Sonia Fuchs, antes de su accidente, tenía en carpeta varios proyectos, de los cuales quería que hiciera algunos. Pero ocurrió su muerte tan inesperada y tan trágica. Yo quería mucho a la Sonia. Todos la queríamos mucho. Lo último que hicimos juntas fue “Las Tres Hermanas” de Chéjov, en el Teatro de la Universidad Católica, el 87. La produjo la Sonia, la dirigió Héctor Noguera y yo era una de las tres hermanas con María Izquierdo y Amparo Noguera.
¿Qué significa esta historia en su carrera como actriz?
Fue sin duda un hito muy importante. Es el trabajo más desafiante que he hecho y que más me ha gustado hacer. A una, como actriz, le gusta entretenerse trabajando, que su trabajo sea desafiante, y que le signifique a nivel artístico. Porque, de repente, hay pegas que no te provocan ni un desafío, inquietud o pasión. Todo el mundo se daba cuenta de lo difícil y exigente que era mi trabajo en “La Dama del Balcón”, y creo que había bastante comprensión y respeto de todos en el equipo. Pero para ser bien franca, no soy una persona que ande sopesando su carrera. Fue un exceso de trabajo, aunque creo que estuvo bien hecho. Por supuesto que me posicionó en un lugar de una actriz que puede hacer un trabajo así. Creo que no todos pueden realizar una pega tan pesada y demandante como dos o más personajes. Aunque de todas formas, hacer “La Dama del Balcón” no significó que yo tuviera un contrato al año siguiente, por ejemplo. No quedé como la estrella ni como la diva, como ocurre ahora. Fue una pega que hice y lo mejor posible.
Desde su última exhibición, el mito entorno a “La Dama del Balcón” ha ido en aumento y antes que TVN la dispusiera de forma completa en su plataforma gratuita TVN Play, habían muchas personas exigiendo que regresara esta teleserie. ¿Qué le parece reencontrarse con esta producción, después de más de treinta años, y que ahora nuevas generaciones vayan a disfrutarla?
Lo encuentro fantástico, aunque dudo que mucha gente joven vaya a mirar la teleserie, porque son cosas antiguas y no sé si les interesa. Me encantaría que así fuese, para que todos vieran lo que es un trabajo bien hecho y muy profesional. Voy a tratar de encontrar la plataforma que la esté dando. En general, no sé si la gente joven ve estas cosas. Más bien, son los que la vieron en esos tiempos, donde hay una cierta nostalgia y les gusta ver a sus actores favoritos, porque hay varios que ya no están y es bonito volver a verlos. Me parece muy positivo que, de alguna forma, haya un rescate y un respeto por una telenovela que se hizo hace tantos años. Hay otros canales donde emiten producciones antiguas, donde puedes darte cuenta del gran trabajo que se hacía en el humor, por ejemplo, donde habían cosas fantásticas. Ojalá este regreso estimule a la juventud y a quienes están insertos en el medio audiovisual, a que miren algo como “La Dama del Balcón”, que se inspiren y que aprecien la seriedad y el profesionalismo con que se hacían las cosas, durante tiempos tan difíciles para Chile, en donde siempre estábamos jugando al límite, a ver hasta dónde se podía decir, cómo se podía decir y hacer las cosas. Pero que también trataran de darse cuenta de cuál era la perspectiva, porque ahora sería muy fácil decir que en una ficción como “La Dama del Balcón” nunca se dijo nada abiertamente contra la dictadura. Cuando a nosotros, solamente por hablar y mostrar al nazismo, nos significó censura. Con eso teníamos nosotros que sobrevivir y seguir ganando espacio. Era una época en que siempre estábamos al borde de que a todos los artistas nos cerraran las puertas.
Fotografías reproducción TVN Play.
1 comentario
Que rico leer este articulo con las opinones de la gran Loreto Valenzuela.
Aunque no me gusta la app en que subieron la teleserie, yo estoy viendo La Dama del Balcón y creo que es la mejor teleserie chilena que he visto (y considero que he visto muchas, desde los 80 en adelante).
Tiene drama, humor, misterio, un gran elenco y una historia muy original y atrapante.
Voy recién en la mitad y ya estoy sacando algunas conclusiones (si no supiera de Olga y Nora son la misma persona, estaría con la duda aun).
Que pena lo que le pasó en su tiempo, la censura que sufrío y ojala ahora la puedan ver muchas personas (mensaje para Loreto: aunque no soy tan joven, tengo 37 años y me encanta).
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