La actriz que también interpretó a la hermana de Catalina de los Ríos y Lisperger (Raquel Argandoña) en “La Quintrala” fue la invitada de un nuevo programa especial del podcast Reyes del Drama. Ahí Fedora habló por primera luego de su retiro a inicios de los años noventa.
Tras una breve carrera en las teleseries de TVN y Canal 13, Fedora Kliwadenko se retiró de la televisión para dedicarse a las clases de actuación y luego, en el año 1992 se fue a Italia por amor, donde vivió alrededor de 15 años. “Lo conocí en Chile, nos casamos y nos fuimos a Italia. Ahora estamos separados y volví a Chile”, contó. En Milán se dedicó a hacer talleres de actuación y proyectos de rescate cultural. Aprendió a hablar italiano, pero no se dió la posibilidad de actuar: “Tenía treinta y tres años y ya estaba grande para entrar a los grupos de teatro. Además por el trabajo de mi marido, me movía mucho. No me arrepiento en todo caso. A mí me gusta más enseñar que actuar, es un privilegio”, relató.
Activa en televisión desde el año 1984, donde a los veintiocho años participó de las exitosas y recordadas teleseries “Los Títeres” y “La Represa”, Fedora recordó cómo era el ambiente durante esta convulsionada época en nuestro país: “No era fácil. De vez en cuando te interrumpían el trabajo y llegaban los ‘capos’ a mirar. No era muy agradable, no era muy bonito. Pero nuestro ambiente de trabajo con los compañeros y equipo éramos muy compinches, nos protegíamos mucho. No era tan desagradable en ese sentido. Con el tiempo se fue poniendo más denso cuando entró otra gente al canal nacional”, aseguró.
Su paso por “La Represa”, teleserie donde compartió roles con uno de los villanos más recordados de las teleseries: Roberto Betancourt, interpretado por Luis Alarcón, lo recuerda con enorme cariño: “Yo lo amaba a Lucho. Lo adoraba. Al principio fue difícil actuar con cámaras, luces, hasta que Lucho Alarcón me ayudó muchísimo. En general, te apañaban un montón. La historia era muy entretenida. Me encantaba este villano. Yo recuerdo con mucho cariño esta teleserie”, manifestó.
En el año 1985 Fedora estuvo en televisión por partida doble; como parte de “Marta a las Ocho” y protagonizando la melodramática teleserie “Morir de Amor”, donde se puso en la piel de una arquitecta que enviudó en extrañas circunstancias durante el primer capítulo. “Fue más difícil porque ser protagonista lleva una responsabilidad que la producción te hace sentir. El rating, las entrevistas…esa parte no me gustó para nada. Se me hizo muy pesado”, confesó. Sobre el nivel de fama y exposición que logró tras estas teleseries en una época donde todavía la gente asociaba el personaje al actor, Fedora comenta que le complicaba un poco esta parte de su trabajo: “Era conflictivo. Muchos actores tenemos un grado de timidez. Se me hacía conflictivo, pero la gente era muy cariñosa. En ‘La Represa’, la gente me decía pobrecita, como aguanta a ese cochino…por Luis Alarcón. A mí, me daba pena. Se me hacía conflictivo, y decían quizás esta se hace la linda, no acepta entrevistas. Uno se cohíbe, se pone nerviosa”, relató.
Por otro lado, analizó cómo Chile no reconoce a sus artistas a diferencia de otros países: “Algo que adolece en Chile es el reconocimiento a sus artistas, después que se mueren los reconocen. Es una pena. Muchas actrices fallecidas ya nadie las recuerda. Es triste, porque en otros países, en Latinoamérica no es así. Sólo en Chile”, aseguró. “Es parte del sistema donde el ser joven es el éxito. Acá la gente de cincuenta años es vieja. Me parece terrible, dramático. Falta una valorización de la cultura, políticas culturales profundas. La cultura es todo, no solo el arte. Cuando no se le toma el peso, difícilmente vas a poder tener un desarrollo cultural mayor. Hay un desprecio a la gente mayor en Chile”, precisó.
Al año siguiente, Fedora fue parte de “La Dama del Balcón”, teleserie protagonizada por Loreto Valenzuela. Esta teleserie fue censurada por la DINACOS (División Nacional de Comunicación Social) por incluir, precisamente, personajes nazis y hablar sobre experimentos genéticos en campos de concentración. En esta producción, Fedora fue Ester Cohen, una israelita cazadora de nazis. “Para mí, de las cosas que hice en televisión, fue el mejor personaje, el que más me gustó. Mucha gente me ayudó a entenderlo bien, estudié harto. Fue una gran teleserie. Nos censuraron a todos los que éramos los judíos en la teleserie. Nos sentimos mal. Era censurado a un nivel de náuseas. Algo tenía que tener esa teleserie que se relacionaba con la gente de la dictadura para haberla censurado de la manera que hicieron. Fue muy controvertida. Varios actores no lo pasaron muy bien. Le sacaron las mejores partes, así que no se entendía nada”, recordó. La actriz teoriza con que había temáticas involucradas con lo que sucedía en Colonia Dignidad: “Mucha gente se sintió tocada porque llegaban estos nazis a Chile. Por ahí iba la cosa”.
Ese año también se estaba desarrollando “La Villa” protagonizada por Sonia Viveros, Tomás Vidiella y Consuelo Holzapfel. La teleserie fue alargada en la mitad y Viveros enfermó gravemente, por lo tanto no pudo seguir. Razón por la cual convocan a Fedora para reemplazarla: “Sonia estaba grave. Ella me llamó y me comentó esta situación. Nadie quería hacer el personaje. Era para que te tiraban piedras entrar a reemplazar a Sonia Viveros porque era muy querida. Era mi amiga y me pidió por favor que yo entre a reemplazarla. Yo acepté también porque estaba Tomás Vidiella, Alejandro Cohen. Me apañaron mucho, pero fue muy estresante. Tuve mucha pega. Pasaba todo el día grabando. Lo hice por la Sonia. Eso fue fundamental. Yo le tenía mucho cariño a ella. Varias actrices dijeron que no”, contó. Además recordó que nunca se justificó en pantalla el cambio físico de la actriz: “Fue así no más”, comentó entre risas.
Sobre su paso por “La Quintrala” donde compartió roles con Raquel Argandoña y Malú Gatica: “Mi personaje era la hermana tonta”. Recuerda que durante las grabaciones junto a Raquel, en una ocasión les tocaba invocar al diablo y la escenografía se empezó a mover, sin embargo, asegura que la peor parte se las llevaban las actrices Loreto Valenzuela y Roxana Campos, a quienes siempre les pasaban cosas en el set. Rescata de esta producción el valor artístico del vestuario y la escenografía que evocaba esta época: “Era una teleserie que tenía mucha plata para hacerla. Creo que habrá sido una de las más caras”.
Sobre su relación con Raquel Argandoña, quien personificaba a su hermana, Fedora recuerda su gran profesionalismo y que nunca tuvo ningún problema con ella: “Llegaba a la hora, se sabía su texto. Super bien”. Sin embargo, había grandes prejuicios en la época por incluir a personas que no eran actores en el elenco: “Yo nunca estuve de acuerdo con que gente que no estudió trabaje en teleseries. Raquel no era actriz. Gracias a Anita Reeves hizo el trabajo que hizo. Era muy disciplinada. A los que les tocó trabajar más con ella, me imagino que no se sintieron bien. A mí en ‘La Villa’, me tocó trabajar con alguien que no era actor y me descomponía el alma. Me negué a besarlo, es respeto a tu profesión”.
Por otro lado, Fedora destaca la nueva versión de La Quintrala, “La Doña”, realizada por Chilevisión: “Es que la Claudia Di Girólamo es una excelente actriz. Ella es una gran Quintrala. Creo que fue la venganza de Sabatini, porque el texto de la primera Quintrala no tenía nada que ver en términos históricos. No se pueden comparar”, señaló.
Volviendo a lo convulsionado que era grabar en dictadura, Fedora aseguró que era mal visto pertenecer a sindicatos o agrupaciones de actores en esa época: “Había una mala onda de desprestigiar a actores, actrices porque sí para sacarlos. Fue muy terrible. A todos nos llegó. Reventó una bolsa de caca y a todos nos llegó. Estábamos en dictadura, no podía ser de otra manera. A mí también me tocó su cosa y fue feo y yo dije, ‘chao, me voy’ y no quise más televisión. Me fui mal y nunca más volví. Fue mucha falta de respeto. Empieza a entrar en juego tu propia dignidad como persona y hay que decir basta. Faltas de respeto que venían de gente del canal, alguna gente con las que trabajaba directamente. Fue muy fuerte, ingrato y sentir esa impotencia. Mis recuerdos no fueron gratos al final”, aseguró. Esta situación tuvo mucho que ver también con el dejar de actuar y decidir orientar su camino por la docencia. “Se te cierra una puerta pero se abre una gran ventana. Preferí quedarme con mis alumnos. Fue maravilloso. Fue un rescate para mí como artista y como persona. Me encantaría volver a actuar, pero lo que se arma alrededor no me gusta mucho. La farándula, la industria televisiva, las faltas de respeto, la ingratitud y no valorizar el arte. Nadie me ha ofrecido volver a actuar, no creo que me llamen en todo caso, para ellos soy una vieja. Los personajes mayores no les sacan ni partido”, finalizó.
Fotografías reproducción TVN.