Reproducción TVN. |
Debido a su evidente maldad, desde el primer capítulo que para muchos la dueña de los hoteles Santuario se instaló como la principal sospechosa del crimen de la madre de Laura (Antonia Santa María), teoría que se confirmó anoche, en el capítulo setenta y ocho de la teleserie de TVN. Así, a través de flashback se mostró lo que todos intentaron ocultar.
El ballet, la pasión frustrada de Agustina Lyon (Amparo Noguera), se convirtió en un elemento clave en el asesinato de Clara (Ignacia Baeza). Y es que Adriana (Claudia Di Girólamo), aún hospitalizada en la clínica tras intentar suicidarse, comenzó a recordar gracias a una caja musical que tenía como protagonista a una bailarina. De esta manera, se le vino la imagen de la mucama sin vida tirada en el suelo y cerca de ella una escultura también de una bailarina, el arma homicida.
Por otro lado, y con gran remordimiento, Manuel (Francisco Reyes) le pide a Agustina detener todo lo que están haciendo y no seguir utilizando el Alzheimer que padece su ex esposa para inculparla de un crimen que no cometió, ya que ambos tenían claro quién era la responsable, apuntando directamente a la madre de Rafael (Eyal Meyer), la que fue reviviendo lo que ocurrió la víspera del año nuevo de 1998.
Después de la famosa fotografía que tomó Adriana, ella y Manuel abandonan la habitación en la que supuestamente la madre de Laura se lanza al vacío. Sin su hermana y su cuñado presentes, Agustina encara a Eliana (Paulina Urrutia), Clemente (Roberto Vander), Roberto (Alejandro Trejo), Guillermo (Fernando Kliche) y Clara, quienes usaban el hotel como fachada para una red de prostitución. Y aunque la última de la lista quería escapar, la furiosa mujer se encargó de mantenerla en el lugar. “Tú no te vas a ir a ninguna parte porque tú en esta historia eres la mayor responsable. Tú crees que yo nunca iba a saber la mierda que tú haces, lo perra que tú eres. Tú crees que yo nunca iba a saber que tú eres la amante de mi marido. Qué piensas, que porque traes a un par de putitas a estas fiestas de mierda que ustedes hacen, tú vas a subir de nivel. Yo soy la dueña de este hotel, me entendiste, métetelo en tu cabeza. Yo soy la dueña de este hotel y aquí no se mueve una hoja sin que yo lo sepa”, le enrostró. Sin embargo, la mucama no se guardó nada. “Sabes hace cuánto tiempo llevamos haciendo estas fiestas y recién te acabas de enterar, sabes todo el tiempo que ha pasado. La gran Agustina Lyon arma un tremendo escándalo porque no es capaz de llevar el control de este hotel”, disparó, para luego hacer callar a Clemente y continuar: “voy a explicarle a tu esposa el verdadero lugar que ocupa. Te vas a quedar sola Agustina porque no eres capaz de darle satisfacción a tu hombre como lo hago yo, no le das el placer que le doy yo en esa cama”. En medio del descontrol de las mujeres, Agustina agarró una escultura y le dio un certero golpe en la cabeza que terminó con la vida de Clara. Tras la desesperación de todos en la habitación y ella sin poder comprender lo que había hecho, les pidió que la dejaran sola con el cuerpo.
“Esta bailarina se encarga de que yo nunca me olvide de lo que pasó esa noche, no tienes por qué recordármelo”, le contesta Agustina a Manuel. “De qué sirvió, de qué sirvió que le mintieras a tu hermana, acaso te liberó de la culpa, aquí hay una asesina y esa no es Adriana”, remató él.
Ahora queda por dilucidar si fue la propia Agustina quien lanzó el cadáver de la madre de Laura por la ventana del hotel o alguien la ayudó a armar el escenario que por años se tradujo en un suicidio.
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ME ENCANTO EL CAPÍTULO
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