Gentileza TVN. |
El jueves 16 de agosto del 2007, a las 22:45 horas, debuta en TVN la serie realizada por la productora Promocine. La historia creada por Luis Emilio Guzmán y que retrataba el interior de un penal femenino tuvo al centro de arte experimental Perrera Arte como su principal locación. Tras los ocho capítulos del primer ciclo, la señal estrena una segunda temporada el miércoles 24 de septiembre del 2008. Y aunque se anuncia una tercera entrega, finalmente se desecha la idea.
La primera temporada, que se centra en la historia de Camila Prado, una conocida periodista que es encarcelada, acusada de asesinar a su esposo, cuenta con guiones de Luis Emilio Guzmán, Karina Díaz, Roberto Matus y Daniel Pizarro, la dirección de Nicolás Acuña, la producción ejecutiva de Rony Goldschmied y José Manuel Sahli, y las actuaciones de Claudia Di Girólamo, Paulina García, Paula Zúñiga, Claudia Cabezas, Hellen Cáceres, Luz Jiménez, Manuela Oyarzún, Patricia Pardo, Daniela Jacques, Silvana Ghivarello, Francisco Melo, Cristián Carvajal y Verónica Soffia.
Personajes principales
Camila Prado (Claudia Di Girólamo): A sus cuarenta y cinco años, Camila creía que su vida estaba perfectamente ordenada. Periodista de crónica de un diario capitalino, esposa, madre de una joven de diecisiete años, su mundo era perfecto. Hasta que en un confuso incidente es acusada de asesinar a su esposo. Todo lo que tenía construido se ha ido al tacho de la basura. En la cárcel, sus privilegios se han acabado. Sabe que debe mantener la boca cerrada para poder sobrevivir. En su cuarto entenderá que la cárcel tiene sus propias reglas. Poco a poco utilizará sus destrezas en la escritura, y a través de cartas que le escribe a las reclusas, conseguirá algunos pesos y cierta reputación. Inteligente, perspicaz, su talón de Aquiles, sin embargo, es la relación con su hija Daniela, a quién desea proteger a como dé lugar. El incidente en el que está involucrado su esposo será su tema tabú. ¿Homicidio o accidente? Camila sabe que el tiempo se le acaba. Requiere salir pronto en libertad para cuidar a su hija. Es por eso que hará todo lo posible para probar su inocencia. Mientras tanto, poco a poco irá comprendiendo la humanidad del resto de las presas. Si bien en un primer momento fue mirada como una cuica, Camila se irá ganando la amistad de sus compañeras. Conocerá sus historias, luchará por los derechos de las internas, y hará todo lo posible por mejorar las condiciones de vida al interior de la cárcel.
Raquel Reina (Paulina García): Su apellido revela su personalidad. Es la reina de la cárcel. A sus treinta y nueve años, esta sofisticada y solicitada madame de las élites chilenas, cumple diez años de condena por secuestro de una pequeña niña. Codiciosa, calculadora, fría y despiadada, es intocable incluso para Astrid y sigue controlando sus sórdidos negocios desde su celda. Posee una tregua territorial con la Negra. Ambas se han dividido los negocios en el interior del penal, pero es una tregua llena de tensión. Cuando Camila ingresa a prisión, Raquel pone sus ojos sobre ella. Sentirá una pasión casi enloquecedora, pasión que la llevará al filo de la violencia y el abuso.
Patricia Carvajal (Paula Zúñiga): La Negra como ella prefiere que la llamen, es la máxima autoridad en la calle a la que Camila ha sido trasladada. A sus veinte ocho años, ha salido y entrado a recintos penitenciarios desde los trece años, cuando cansada de los abusos de su padrastro, decidió ir a vivir a la calle. Sola, libre, se vinculó al hampa del centro de Santiago. Trabajó como prostituta, lancera, coordinó el tráfico de cigarros de contrabando e incluso estuvo involucrada en el intento de robo de un banco en pleno paseo Ahumada. Todo cambió cuando conoció al loco Jano, el gran amor de su vida. Con él apreció un futuro, el que se vio truncado cuando fue detenida en el terminal de buses de Santiago con casi quinientos gramos de cocaína. La Negra paga una condena de quince años por tráfico de estupefacientes. Sin embargo, sigue esperanzada en vivir junto a su gran amor. La cárcel es su segundo hogar. Ahí maneja el comercio de cigarrillos, ropa, comida, arriendo de cuartos para las visitas y es la voz cantante a la hora de negociar con las autoridades. La llegada de Camila a su cuarto, ha levantado una serie de recelos. Patricia es celosa de su poder. Es por eso que desconfía de Camila, ya que la ve como una cuica asustada. De inmediato le dejará claro quién es la que ahí manda. Patricia es una mujer que se ha hecho a esfuerzo. Es dura, aunque su lado flaco está en el amor exagerado que siente por el loco Jano. Y es que siente unos celos enfermizos con sólo pensar que está libre. Con él, es una niña asustada, que obedece como si de una concubina se tratase. Cada una de sus visitas a la cárcel es un acontecimiento para ella. Es por eso que no es raro que luego de que su gran amor se va, Patricia se transforme en una mujer amargada, violenta, que busca una válvula de escape para su frustración.
Eleuteria González (Claudia Cabezas): Se hace llamar la Raulito en honor a su padre, Raúl González, uno de los máximos humoristas del centro de la ciudad. Sus hermanos también se dedicaban al humor en las calles, y en las aglomeraciones de gente, ella aprovechaba para pegar lanzazos y robar carteras. Todo cambió cuando una viejita la salió persiguiendo, y en la corrida, la señora sufrió un infarto y murió. La Raulito fue acusada de homicidio accidental y paga nueve años de presidio. Sin embargo, el humor lo lleva en las venas. Es la rea que aporta los chistes precisos, que pone los apodos y siempre tiene una palabra de ánimo frente a los problemas. Es extremadamente flaca, parece un niño de catorce años, aunque sólo tiene veintitrés. Ágil como una pluma. Sorda de un oído por una terrible golpiza. Le encanta actuar y hacer reír. Es la mano derecha de la Negra. Su máxima pena es que nadie de su familia la ha ido a visitar a la cárcel. Culpa de este desamparo, es que ha tenido que lidiar con la pasta base y se ha convertido poco a poco en una adicta a la droga que se mueve al interior del penal. Para alivianar su tristeza le pedirá consejos a Camila y a través de sus cartas volverá a tener un vínculo con su familia.
Julia Pérez (Hellen Cáceres): Julia, la Tanque, mide un metro noventa y cinco centímetros. Una estatura poco usual para cualquier mujer. Sin embargo, hay un dato que puede ayudar: hasta hace tres años se llamaba Julio Pérez, trabajaba como guardia de un banco e incluso hace casi veinte años fue padre de un varón, Ricardo. Julia es una mujer operada, de cuarenta años, grande, fuerte, pero extremadamente sensible. Está presa por el homicidio de un hombre que maltrataba a la única mujer que amó en su vida. Para empeorar las cosas, gracias a la falta de su dosis de hormonas femeninas, otra vez le ha comenzado a salir bello en el pecho, las piernas y su voz adquiere de vez en cuando tonos masculinos. El resto de las presas se ríe de las penurias de Julia, pero ella sufre. Es extremadamente sentimental, coqueta y vanidosa. Es la última en abandonar el baño, porque siempre se maquilla en exceso. Será una de las compañeras de habitación de Camila, y es a ella a quién confesará sus penurias con su cuerpo y sus dificultades sentimentales, ya que Julia tiene a dos novios que la visitan regularmente: un señor de sesenta años, jubilado, que le trae bombones todos los sábados, y un oficinista de treinta años, apasionado en el sexo pero pobre como rata.
Bernarda Recabarren (Luz Jiménez): Más conocida como Abuela, es toda una institución en la cárcel. Cercana a los sesenta y cinco años, ha vivido en la cárcel desde tiempos inmemoriales. Sabia, astuta, con mil historias para contar, nadie sabe por qué está presa, aunque se tejen varias leyendas al respecto. Pero ella mantiene su secreto. No sabe leer. Nadie se mete con ella, porque tiene fama de bruja y hechicera. Maneja los talleres de costura y tejido, y gracias a sus contactos con el exterior puede traer un buen licor, una piedra preciosa, conseguir una visita fuera de horario. Es la conexión formal con las autoridades de la cárcel. Será otra de las compañeras de Camila, y a la vez, se transformará en su mejor amiga. Camila le leerá el diario, novelas, poemas. A cambio, la Abuela la protegerá y le enseñará cómo salir viva del encierro. A Bernarda nadie jamás la visita. No le gusta hablar de su pasado. Tampoco le gusta la violencia, pero si es necesaria, no vacilará en ocuparla para salvar su vida y las de sus cercanos.
Astrid Bustamante (Patricia Pardo): Es la directora de la cárcel. La señorita Astrid tiene poco tiempo, llega al recinto a las siete de la mañana y no abandona su escritorio hasta pasadas las ocho de la noche. Fanática de los horarios. Ingresó a gendarmería a los veinte años, y trece años después, ha hecho carrera. Cree fervientemente en la disciplina. Según ella, sólo el trabajo y las reglas pueden ayudar a las reas. Casada con el fiscal que procesa a Camila, está cansada de sus constantes infidelidades. Misógina hasta decir basta, hará de la vida de Camila una constante prueba. Poco a poco se irá enamorando de Santiago, lo que traerá consigo una lucha interna.
Santiago Carvajal (Cristián Carvajal): Abogado de Camila. A sus treinta y ocho años, no tiene mucho que perder. Su matrimonio falló debido a sus problemas con el alcohol y a que en realidad nunca quiso a su mujer. Recién divorciado, vive solo en un piso en el centro de Santiago. Hastiado de su trabajo en la sección de seguros de un prestigioso bufete, la llamada de Camila ha sido el cable a tierra antes de caer al despeñadero. Ambos se conocieron en tribunales. Él amaba locamente a Camila. Nunca la ha olvidado. Ahora todo parece surrealista: Camila presa, acusada del asesinato de su esposo, sin nadie en quién confiar. Santiago lo tira a cara y cruz y decide arriesgarse. El abogado caerá en las manos de la burocracia, los secretos y el vicio constante, todo mientras investiga qué hay detrás del asesinato hasta descubrir la cruel verdad.
Segunda temporada
Tras el motín que ocurre al final del primer ciclo y que trajo muerte, caos y una fuga, la cárcel de mujeres vive días convulsionados. Por lo mismo, las autoridades exigen cambios radicales en el interior del penal. Sin embargo, este trabajo se complicará debido a las luchas entre las presas y el incremento de la droga.
Esta segunda temporada de ocho capítulos, la que se centra en la llegada de la Navy, cuenta con guiones de Karina Díaz y Estefanía Ganem, la dirección de Nicolás Acuña y Juan Ignacio Sabatini, la producción ejecutiva de Rony Goldschmied y Luis Emilio Guzmán, y las actuaciones de Sigrid Alegría, Paulina García, Paula Zúñiga, Claudia Cabezas, Hellen Cáceres, Julio Milostich, Valentina Fernández, María Paz Grandjean, Mónica Illanes, Viviana Herrera, Andrea Zuckermann y Evelyn Figueroa, además de la participación especial de Aline Kuppenheim.
Nuevos personajes
Navy (Sigrid Alegría): Hija de un marinero norteamericano, fue criada en una casa de prostitución de Valparaíso. La Navy armará su propia banda y será la principal oponente de la Raco y de la Negra cuando esta regrese a la cárcel tras su fuga.
Ricardo Cisternas (Julio Milostich): Regresa desde Alemania tras concluir un postgrado en seguridad ciudadana. A sus cuarenta años, lleva la mitad de su vida en la institución de gendarmería. Partió de abajo y el suyo ha sido un camino de superación. Estudió leyes y fue mostrado como un ejemplo por parte de sus superiores. Su misión es clara en la cárcel: orden, disciplina y mejorar la reinserción de las presas a la sociedad. En eso cree Ricardo.
Viviana Echaurren (Valentina Fernández): Psicóloga recién egresada de la universidad de los Andes. Viviana es una joven de buena familia y marcado compromiso social. Está en la cárcel con la firme intención de ayudar a las internas. Pero sus creencias religiosas y la teoría que aprendió en las aulas, contrastará con la realidad carcelaria. La mujer, sin embargo, no se asustará y redoblará su esfuerzo para enfrentar situaciones críticas al interior del penal.
“Cárcel de Mujeres” contó con música original de Ángela Acuña, quien además compuso el tema central de la serie. Mientras que la dirección de casting estuvo a cargo de Roberto Matus.