Gentileza Mega. |
Esta tarde Mega estrena su cuarta teleserie diurna, la que al igual que sus antecesoras es realizada por la productora AG Creative Garage. La trama original del guionista Carlos Oporto, quien escribe la historia junto a Fernando Delgado, Marianela Fuenzalida y Felipe Montero, y que cuenta con la dirección de Felipe Arratia y Manuel Buch, se centra en una mujer en extrema pobreza que se ve enfrentada a la mayor encrucijada de su vida: vender a una de sus hijas para salvar a sus dos pequeñas.
Ella es Laura Flores (Marcela Medel). Esta mujer noble y de buenos sentimientos está dispuesta a todo por convertir su casa en un verdadero hogar. Prefiere solucionar conflictos a ocuparse de ella. Su vida la ha vivido en función de su familia a la que ama profundamente. Pero su pasado ha sido hasta ahora una carga emotiva de mucho sufrimiento. La depresión que sufrió por años y la falta de sustento económico, la llevaron al límite y a tomar una decisión límite: vender a una de sus hijas para salvar a la otra. Por esta decisión Laura ha pagado un alto precio. Y, por cierto, nunca ha podido superarlo. Cuando llegó al pasaje Nueva Esperanza y conoció a Mario, ella decidió darse una oportunidad de reconstruir su vida y familia por lo que al poco tiempo se casaron y tuvieron a Gonzalo. Con los años se convirtió en una esposa ejemplar y digna de la más absoluta confianza. Para todos en el pasaje Laura es una verdadera artista culinaria. Cocina platos que cada día encantan más a su familia y es feliz viendo a los suyos disfrutar. Pero la vida feliz y segura que tiene junto a Mario se verá enrarecida por situaciones inesperadas del destino: volverá a reencontrarse con su hija Rosa, hoy llamada Agustina, a quien no veía desde pequeña. Al reencontrase con ella de la forma menos pensada, se despertarán en Laura toda clase de ansiedades y tristezas. Pero está consciente que la vida le está dando una nueva oportunidad que no dejará pasar con su hija, por lo que tendrá un plan secreto, una estrategia peligrosa que podrían poner en jaque toda la felicidad y estabilidad que tanto le ha costado mantener.
Rocío Verdugo (Camila Hirane) es su hija mayor. Alegre, decidida y deslenguada, pero de sentimientos nobles y afectos sinceros. Así es esta joven resuelta y poseedora de una gran autoestima, pero sobre todo es una chica esforzada que sabe que hay oportunidades en esta sociedad y que quien se esfuerza en buscarlas las consigue. Con ese optimismo Rocío ha vivido todos estos años transformándose en una vecina querida y respetada en el pasaje. Todos se muestran agradecidos por su gestión como presidenta de la junta de vigilancia y dependen de ella para solucionar sus problemas. Su gran tristeza en la vida es haber roto la promesa que le hizo a su hermana hace dos décadas atrás cuando desapareció de su vida y sueña con reparar dicha situación algún día. Por eso la llegada de su hermano más chico fue mágica pues vio en el pequeño a una segunda Rosa a quien poder proteger y cuidar. Con Franco, su vecino, Rocío conoció el amor. Si bien sus sentimientos por él partieron como una amistad, con el tiempo ha llegado a sentir un profundo afecto y amor pues es alguien dispuesto a permanecer siempre junto a ella. La llegada de Tomás generará en Rocío sentimientos que no esperaba sentir por otro hombre. Le costará mucho tomar distancia con él a pesar de que Agustina, su prometida, le haga la vida imposible pues la pondrá en una encrucijada que jamás imaginó, ya que la hermana que ha intentado encontrar toda su vida, se transformará en su peor rival.
Agustina Mackenna (Carmen Zabala) es la más pequeña, quien se convirtió en una joven fría, inteligente, manipuladora y muy caprichosa. Fue adiestrada por su madre adoptiva para utilizar a los hombres y salir siempre victoriosa de cada situación. El trauma sufrido cuando muy pequeña al ser separada de su madre y hermana es algo que aparenta tener superado, pero en su interior guarda sin saberlo mucha rabia. Siempre creyó que Rocío la rescataría por lo que no ha tenido problemas en enfrentar a María Luisa toda la vida. Su punto débil es Tomás, su primera relación seria; si bien no está muy segura de querer casarse con él, sabe que esto pondría feliz a su padre ya que es la mano derecha en sus negocios. Preocupado del desarrollo integral de su hija, él decide sorprenderla el día de su cumpleaños obsequiándole un restaurante de su cadena, ya que siente que tiene todas las habilidades además de haber egresado de economía y negocios. Lo que no sabe de este obsequio de su padre, es que le traerá una serie de conflictos que no esperaba. Desde el primer día, su enemiga es Rocío, quien no parece dispuesta a permitir que ella haya llegado a cambiar la vida en el pasaje. La administración del restaurante hace que Agustina enfrente sus peores miedos y saque lo peor de sí, y lo que más le importa, la aleja completamente de su prometido quien comienza una atracción fulminante con su nueva rival.
Tomás Valencia (Matías Oviedo) es quien pondrá en jaque a las hermanas. Responsable, estricto y preocupado, llega a ser obsesivo en los negocios, en donde ha tenido éxito llegando a convertirse en una pieza imprescindible de las empresas Mackenna. Recto y pragmático, siempre busca soluciones y se preocupa del bienestar de los trabajadores. Hijo único de un matrimonio de clase acomodada, Tomás tuvo padres cariñosos que le enseñaron respeto y lo educaron para ser una buena persona. Debido a la muerte temprana de ellos, los Mackenna se transformaron en su verdadera familia. En Rodolfo vio a un segundo padre, y en Agustina a la mujer indicada para proyectarse sin saber que ella no era una mujer digna de fiar. Quien ha cumplido el rol de hermano ha sido Nicolás, quien pese a quererlo y haber compartido muchos momentos en la vida, será seducido por la joven Mackenna quien lo mantendrá amenazado y a su servicio. Descubrir esta traición será un duro golpe para Tomás, quien será manipulado por Agustina para creer que todo esto ha sido provocado por el joven y no por ella. Su actitud correcta y pragmática quedará atrás al conocer a Rocío, quien le mostrará un mundo lleno de vida y colores que ignoraba. Junto a ella sentirá por primera vez emociones desconocidas por él hasta ese momento.
Rodolfo Mackenna (Osvaldo Silva) es el padre adoptivo de Agustina. Este hombre de clase alta y en apariencia frío con sus cercanos, siempre está preocupado del resto. Heredero de una exitosa cadena de restaurantes, tiene la responsabilidad de mantener a flote su legado. A pesar de su pasado mujeriego, encontró a una mujer que lo cautivó: una compañera igual de fría y calculadora a la hora de planificar. Con María Luisa luego de llevar cinco años de casados descubrió que no sería posible tener hijos con ella, pues nunca quiso tenerlos. Así la aparición de Laura en su vida se transforma en un regalo, ya que la compleja situación económica que vive junto a sus dos pequeñas le permitió convencerla para que le entregara a la menor de ellas a cambio de una suma de dinero y un hogar lleno de cuidados para la pequeña. El trato se hizo secreto y sin problemas, pero la llegada de la pequeña terminó por quebrar para siempre al matrimonio Mackenna. Con el tiempo Agustina se volvió rápidamente en los ojos de Rodolfo. Lo que nunca imaginó es que en el pasaje donde está ubicado el restaurante que le acaba de regalar vive además la hermana y la madre de la separada Rosa en su infancia. Pero la coincidencia desata el mayor de los infiernos para Mackenna; un mundo de conflictos que se le vendrá encima al no poder manejar dicha situación por mucho tiempo. Su matrimonio y el pacto secreto que tenía con Laura estarán a punto de revelarse en el momento menos oportuno.
La madre adoptiva es María Luisa Guzmán (Viviana Rodríguez). De clase alta, es una mujer fuerte y emocionalmente independiente. Poseedora de modales exquisitos y aguda inteligencia, no es posible confiar completamente en ella pues no oculta ser una mujer calculadora que vela solo por su propio bienestar. Calculadora y tradicional, no dudó en comenzar una relación y luego comprometerse con el mejor partido de su entorno, el entonces joven y próspero empresario Mackenna. Tras varios años de matrimonio, él le informó que había decidido adoptar una hija, cosa que produjo el desagrado profundo en la mujer. Cuando al hogar llega la pequeña Rosa, de tres años a quien rebautizó como Agustina, solo acrecentó el malhumor de la mujer. Celosa de su propiedad, no quería entrar a competir por los afectos de Rodolfo pues estaba consciente que con el pasar de los años se convertiría en su principal rival. A pesar de los celos que siente por ella, los afectos que tiene por su marido no son profundos ni reales. Hace un tiempo vivió un tórrido romance con Nicolás. Sin embargo, descubrió que este hombre no solo era su amante, sino también el de Agustina. Horrorizada y enfurecida, le exigió desaparecer de su vida y de la de su hija. Temiendo que estallara el escándalo se fue del país. Pero al volver María Luisa enfrentará el peor de los momentos con su marido y no duda en recurrir al joven para buscar consuelo nuevamente. Nicolás se transformará en una obsesión.
Mario Verdugo (Mauricio Pesutic) es el marido de Laura. La familia que ha formado este hombre querendón y profundamente conservador es lo que siempre soñó. Ha logrado sacarlos adelante y a su negocio también, una pequeña carnicería ubicada en el barrio. Si bien a veces puede parecer machista, su mujer y sus hijos lo adoran y saben que sólo desea lo mejor para ellos. Fue presidente de la junta de vigilancia del pasaje, pero al verse superado en este rol le cedió el cargo a Rocío, la hija de Laura a quien ama como si fuera su propia. Con Gonzalo, su hijo biológico, la relación es distinta pues le exige comportarse como un hombre firme y severo. Pero sin duda Laura, es para Mario el motor y pilar fundamental de su vida. Sin ella claramente no sabría qué hacer. A él le gustó Laura apenas la conoció. Se conmovió con su triste historia y se enamoró como ya no esperaba en su vida. De moral intachable, Mario no le perdonaría a su mujer haber vendido a su hija menor a Rodolfo, inventando la mentira del robo, y mucho menos tras ver cómo sufría siendo muy pequeña Rocío por haber perdido a su hermana. Mucho menos perdonaría que ese dinero fuese el origen de la casa y la carnicería familiar. Para Mario, Laura es una santa y un trofeo digno de admirar. De enterarse de estos secretos y de las mentiras de la mujer, la imagen que tiene de ella se derrumbaría por completo.
Gonzalo Verdugo (Renato Jofré) es un joven de carácter recto y responsable. Muy inteligente, entrará a estudiar informática a la universidad, carrera que pretende continuar luego en una ingeniería pues, entre otros, siente que debe demostrarle al mundo de lo que es capaz. Pese a ser apoyado por su madre y su hermana, aún no ha podido ganarse la aprobación de Mario, quien piensa que con esta actitud lo endurecerá para la vida como hombre proveedor igual a él. Gonzalo lleva una carga potente: sobre sus hombros recae el peso de convertirse en el primer profesional de su familia. Por eso nunca le fue permitido trabajar en la carnicería. Para los Verdugo, el destino del menor del clan siempre ha sido claro. Es por eso que ha tenido poco tiempo para el amor por enfocarse en sus estudios. Eso hasta que aparece Roxana, que le puso las cosas de cabeza. Para su desgracia, su vecina y compañera de curso en el liceo no quiere nada serio y se ha acercado a él por la presión de su madre, que lo considera un buen partido para ella. Será precisamente el amor que siente por ella lo que lo hará arriesgar su éxito académico pues tratará de hacer lo que sea para que la joven la vea algún día más que como amigo.
Franco Soto (Ricardo Vergara) es el pololo de Rocío. Este alegre joven tiene energía, ímpetu y rebeldía a flor de piel. No le teme a los desafíos. Acostumbrado a tenerlo todo gracias a su esforzado y alegre padre, que más bien parece su mejor amigo. Para él, su mayor anhelo es tener a su lado a Rocío, a quien ama desde que tiene memoria. Nacido y criado en el pasaje, Franco tuvo una infancia feliz. Conocer a la joven Verdugo le cambió la vida, y si bien se ha dejado influenciar por su padre, y se toma la vida con relajo, sabe que sin ella perdería la cabeza. Al morir su madre, debió disimular su tristeza para no desentonar con la actitud explosiva de José, pero Rocío estuvo allí para apoyarlo en todo momento. Es la única mujer, aparte de su difunta madre, que lo ha visto vulnerable. Durante el día trabaja en la carnicería de los Verdugo y llega siempre sobre su moto, donde atrae todas las miradas de las mujeres de su barrio. Si bien Rocío conoce su lado alocado, confía en él, pues sabe que para el joven sólo hay una mujer en su vida: ella. Si bien es querido por todos en el pasaje, su relación con ella le ha puesto en aprietos en más de una ocasión con Mario, quien por temor a que sea como su padre, le aclara que no permitirá que haga sufrir a su hija. Franco entrará a trabajar en el restaurante de Agustina, en donde se verá involucrado con la trama de las hermanas y tendrá que enfrentar la fulminante atracción que siente Rocío por Tomás.
Nicolás Walker (Emilio Edwards) será el chef del restaurante de Agustina. Nicolás es amigo de Tomás desde el colegio, y ha sido su confidente y apoyo en muchas ocasiones. Hedonista, Nicolás cultiva su físico y atractivo para ser lo más seductor posible ya que tiene debilidad por las mujeres. Por eso le cuesta sentar cabeza. Y se ha dedicado a viajar por el mundo, consiguiendo la fama de ser uno de los mejores chefs jóvenes del país. Estudió gastronomía en el extranjero, financiado por su familia, un clan de clase alta, y luego se ha dedicado a viajar por el mundo haciéndose de un renombre. Pero la última vez que salió de Chile lo hizo por otras razones. María Luisa, al descubrir el romance que sostenía con Agustina a espaldas de Tomás, lo chantajeó para que desapareciera de la vida de la joven o ella hablaría todo. Pero ahora ha regresado porque su amigo de toda la vida le pide hacerse cargo de la cocina de un restaurante próximo a inaugurarse. Sin saber, por cierto, que la dueña era Agustina, una más de las mujeres de su lista. Hoy, de vuelta, todos los asuntos pendientes que dejó con ambas mujeres de la familia Mackenna deberán ser resueltos. Tratará de involucrarse lo menos posible con los habitantes del pasaje, pero descubrirá en Laura a una gran cocinera, y se hará amigo de ella llegando a aprender más él de ella que viceversa.
Nadia Retamales (Macarena Teke) es la intrigante y desubicada empleada en casa de los Mackenna siempre al servicio de María Luisa. Salamera, servicial, abnegada y dispuesta a todo por su patrona, siempre trata de observar y estar atenta de cada movimiento que se produce al interior de esta familia, principalmente de Agustina y Rodolfo para luego comunicárselo a su empleadora. Es la empleada que ha durado más tiempo bajo las órdenes de María Luisa, a quien respeta y admira como si se tratara de una diosa. Cree en todo lo que le dice su patrona, sin embargo, lo que no se imagina es que será utilizada como una pieza de ajedrez en uno de los cuantos planes que esconde la dueña de casa para obtener lo que quiere. Proveniente del sur, Nadia prefiere no tener nada que ver con su familia y opta por omitir su origen. Cuando su patrona le encargue la misión de averiguar quién es la tal Laura, Nadia cruzará miradas con Franco de quien se prendará completamente. Para desgracia de la empleada, él no sentirá lo mismo por ella, pero la mujer será insistente y boicoteará su relación con Rocío a como dé lugar.
José Soto (Renato Munster) es otro de los vecinos de Laura. Optimista y sin miedo a nada, ha logrado darle a sus hijos un muy buen pasar dentro del pasaje. Ama su barrio y no piensa cambiarse jamás. Se considera a sí mismo un dandi, y con el dinero que ha conseguido ha decorado su casa con artículos de última tecnología. Padre viudo de dos hijos, desde siempre los ha consentido en todo lo que ha podido malcriándolos y convirtiéndolos en sus príncipes al interior del pasaje. A sus hijos les ha inculcado que la gente que estudia y se pone a trabajar en empresas van a ser siempre esclavos. Por lo mismo, hay que ser dueño de los propios ingresos y los alienta a seguir sus pasos. Ni Franco ni Maite pensaron siquiera en seguir estudios superiores, y a José no le importó en absoluto. Los Soto le dan vida al pasaje. Y es que si bien han causado más de algún disturbio, todos saben que nada sería igual sin ellos. Con el tiempo la alegría de esta familia se verá apagada por los líos de Franco y Maite, y José como padre se verá atrapado y confundido por las andanzas de sus hijos perdiendo de a poco la confianza de muchos en el pasaje.
Maite Soto (María De los Ángeles García) es una joven escandalosa, muy recargada en su estilo, y profundamente consentida por su padre y hermano. Esta mujer independiente, proactiva y sin mayores estudios ha logrado hacerse un nombre y ser reconocida en lo que hace. Maite se jacta de sus adquisiciones frente a los vecinos. Dueña de un pequeño city car, en el barrio le llaman la poto con ruedas, pues se desplaza en su vehículo hasta para las distancias más cortas. Celosa y aprensiva con sus hombres, la joven se encarga de espantar a las posibles interesadas en ellos. Maite trabaja como masajista, al igual que lo hacía su madre, y se moviliza con su camilla portátil cada día al barrio alto. Siendo la menor de la familia, se crió muy cercana a su madre, quien la llevaba con ella siendo pequeña cada vez que salía a trabajar. La admiraba profundamente y no dudó en seguir sus pasos. Maite verá cómo su hermano será dejado por Rocío, poniendo a las amigas en bandos opuestos por primera vez. Será ella quien le quite su cargo de presidenta de la comunidad a su amiga, en venganza por lo que le hizo a su hermano.
Gladys Núñez (Carmen Gloria Bresky) también vive en el pasaje Nueva Esperanza. Floja, irresponsable y cómoda, se autoproclama mujer antes que madre. Es un parásito dentro del barrio, pero se ha ganado la amistad de Laura y la simpatía de Maite a costa de contar sus desgracias amorosas. Crea lazos con sus amistades en forma utilitaria. Es entrometida y llega a una casa sin ser invitada. Su meta en la vida es encontrar un hombre proveedor, pero su discurso es el de una mujer independiente y trabajadora, cosa que jamás ha sido. No estaba en sus planes ser madre, pero durante su juventud quedó embarazada durante una fiesta, sin conocer mayormente al padre de la criatura. Vivió en casa de sus padres, quienes criaron a Roxana, hasta que la situación no dio para más y las echaron a ambas a la calle hace cinco años, por aprovechadoras. Cuando se dé cuenta de que Gonzalo está interesado en su hija, aconsejará a la muchacha para que lo conquiste a toda costa y lo use como puente para conocer a algún universitario que se fije en ella. Se enterará de que entre Laura y Rodolfo hay secretos, y se lo comunicará a Mario de inmediato, provocando un quiebre en la confianza del matrimonio. Al estallar su relación con Verdugo, todos en el pasaje le darán la espalda, a excepción de su hija.
Roxana Núñez (Rocío Toscano) es su hija. Contestataria y arribista, esta joven repite lo que ha escuchado en televisión porque es una fanática de los reality. Sin ambiciones académicas ni de vida, es lo que cualquiera llamaría una bala perdida. Criada principalmente por sus abuelos, cuya paciencia colmó con sus pelos de colores y actitud contestataria. Cada vez que dice alguna barbaridad, su mamá se excusa diciéndole al resto que su hija nació prematura. Roxana considera que el pasaje es el lugar más fome del mundo y lo único que quiere es salir de ahí. Siguiendo los pasos de su madre, a veces fantasea con que un joven del barrio alto se fije en ella y la invite a vivir a un departamento lujoso. Pero mientras se conforma con su gran amor no confesado: Franco. La joven sueña despierta cada vez que lo ve y no sabe cómo actuar. Él, por su parte, la ha visto de siempre como una niña. Su mamá en cambio quiere que se quede con su amigo y vecino Gonzalo, quien no le gusta del todo, pero como madre piensa que es lo mejor a lo que puede optar de momento. La coquetería y rebeldía de Roxana molestarán a uno que a otro vecino y los celos que despertará en su amigo Gonzalo tras acercarse más a Franco, lo perjudicarán profundamente.
Maruja Pérez (Norma Norma Ortiz) es una mujer huraña, algo chismosa y malintencionada en ocasiones, se trata de una mujer soltera sin hijos ni familia. Está sola y los vecinos se han hecho cargo de ella. Con energía a flor de piel, no puede dormirse cada noche si no es bebiendo un vaso de aguardiente, lo que la motiva a cantar desentonadas canciones de amor a viva voz, sin dejar dormir a sus vecinos. Siempre avara, ha juntado dinero y joyas bajo un tablón de su casa, porque no confía en los bancos y siente que sus pertenencias van a estar más protegidas allí. Nunca ha tenido un gran amor y se jacta de no haber conocido varón. Muchos la vinculan con el viejo que vivía al fondo, pero son sólo rumores. Es la amiga y confidente de Laura, la única que conoce sus grandes secretos. Llegó al barrio siendo joven, con sus padres, y tras la muerte de ellos quedó viviendo en la casa. Ha sido testigo de la historia del barrio y sus cambios a lo largo del tiempo, y asevera que el pasaje nunca estuvo tan bonito como lo está hoy. Única confidente de Laura, a quien aconseja y apoya, la mujer será clave a la hora de desenmascarar la infidelidad de Mario y ciertos engaños de Agustina, puesto que desde su ventana ha podido ser testigo de dichos eventos. Su salud empeora tras el invierno, y los vecinos deciden llamar a sus sobrinos nietos, quienes llegarán con las claras intenciones de sacar provecho de la anciana.