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El actor que ha participado de “Los 80”, “Juana Brava” y “20Añero a los 40”, y al que próximamente veremos en uno de los capítulos de “12 Días Que Estremecieron Chile”, es el nuevo chileno que llega a la serie de Netflix que también ha contado con Paulina García, Alfredo Castro y Luis Gnecco, y que tiene a Pedro Pascal como uno de sus protagonistas.
Fue justamente este último, su hermano mayor, el que llevó a Lucas Balmaceda a “Narcos” luego que Pedro les mandara a los ejecutivos de Netflix un portafolio con su trabajo. Según contó a El Mercurio, tras esto le pidieron que grabara una escena como audición. Al día siguiente de enviar el material le llegó un correo en donde le informaban que estaba seleccionado para un personaje de la tercera temporada de la exitosa serie, ciclo que debutará el próximo 1 de septiembre, por lo que en cinco días tenía que estar instalado en Bogotá.
En Colombia se quedó con su hermano y tuvo una semana para preparar su personaje, del que aún no hay detalles. “Todo es muy profesional y puntual. Fui con una actitud súper pasiva, porque no iba con una idea muy armada en mi cabeza de lo que tenía que demostrar, sino que quería absorber lo que tenían para darme. Como estaba nervioso y emocionado, traté de no armarme tantas expectativas. Eso me parecía lo más sabio y placentero, a pesar de que no podía contener la emoción”, comentó.
“Fue una semana muy mágica, como una miniaventura. El nivel de producción es mayor a todo lo que se puede hacer acá, pero es mentira que todos están ahí por la plata. Hay una gran empresa colombiana detrás, con trabajadores que tienen sueldos como cualquier otro. La diferencia es que la organización está muy bien hecha y hay mucho amor por el oficio. Lo que me sorprendió es que no vi egos muy inflados en nadie. Me trataron de igual, muy horizontalmente. Por eso allá los actores actúan tan bien, porque están cómodos”, señaló. Agregando que “En nuestro país eres una especie de príncipe por pedir cosas muy humanas. Me fui con una sensación de que era un trabajo como cualquier otro, pero volví sintiendo que fue una experiencia que me cambió un poco por dentro. Tiendo a ser dócil y a respetar, pero tampoco está mal exigir. Me dio una seguridad que necesitaba”.