Gentileza Mega. |
Luego de participar de “Estúpido Cupido”, “Pampa Ilusión”, Los Pincheira” y “Los Capo”, la destacada actriz vuelve a las teleseries de época como parte de “Perdona Nuestros Pecados”. Así, en su debut en el área dramática de Mega interpretará a la estricta Guillermina Márquez, el terror de las alumnas del exclusivo colegio de señoritas de Villa Ruiseñor, pueblo en el que se ambienta la trama. Y es que la directora y profesora suele castigar de manera muy firme a quienes desobedecen sus reglas. Hablamos con ella y aquí nos cuenta de este nuevo desafío.
Cuéntanos de Guillermina Márquez.
Ella es la directora del colegio, que además da catecismo como ramo en el colegio. Es una mujer muy estricta, muy apegada a todo un sistema ético, moral y religioso muy duro. Ha sido duro caracterizarla porque igual es un personaje que debería la gente odiar, pero también a mí me gusta humanizar los personajes siempre, entonces ir buscándole un lugar donde se justifique su resentimiento, que es una parte de la historia secreta que no podemos revelar.
En los primeros capítulos Guillermina básicamente se opone a la llegada de este cura joven porque ella siempre estuvo con el cura Belisario, que era el viejito que cuidó hasta que se murió, se muere y llega este nuevo cura Reynaldo (Mario Horton) que a ella le sorprende mucho, que viene con ideas nuevas, que le rompe todo el orden y toda la comodidad en la que había estado siempre, y ahí empieza a moverse la historia, en hacer asociaciones, a ayudar a Armando (Álvaro Rudolphy) para echar al cura del pueblo, en fin, esa es la trama digamos.
¿Y por qué esa personalidad tan estricta?
Tiene un gran secreto que va a ir revelando de a poco, así que eso es bonito, la historia. Me encanta eso que se pueda dar un vuelco al personaje total debido a su historia personal.
¿Cómo armaste este personaje?
A mí siempre me gusta trabajar con el eneagrama que es una tipología psicológica que hace tipos, porque cuando son personajes muy distintos a uno, a uno le cuesta pensar como pensaría alguien que está resentida, que tuvo muchos problemas en su vida, en su historia familiar, en fin. Entonces la armé desde una caracterización física, desde la rigidez, pero tratar de hacerla también asequible y que no sea odiable, sino que sea comprensible para el público. Al principio se muestra con toda su dureza, pero que después vaya mostrando humanidad.
¿Y la construcción de época?
Vimos harta película, harto Hitchcock vi yo, harta película de Tony Richardson, pero en verdad lo que más queda es el tono porque igual está hecha hoy 2017. En esa época era muy bonito porque la iluminación eran unos círculos de luz nomás, era muy afectada la actuación en los años cincuenta, pero eso no lo estamos haciendo sino que es simplemente como referente para que algo quede cuando tú actúas de este lugar más rígido, porque obviamente hablábamos distinto, no estaba el cachai, era otro lenguaje. En ese sentido se respeta la época totalmente, incluso aquí fue una gran discusión el tema de si íbamos a decir cómo estai o cómo estás, digamos, y bueno eso ya es más parte del pueblo y siempre ha estado como con nosotros, pero las estructuras de protocolo eran mucho más rígidas, de cómo ir a comer a la casa de alguien. Todo era más lento, solamente estaba el teléfono estacionario, no habían celulares, entonces toda la comunicación y todo pasaba por un lugar distinto, pero igual es visto con la mirada del 2017, entonces también hay una relectura ahí.
Y obviamente hay cosas que no han cambiado.
Eso sobre todo. Yo creo que es lo más entretenido de la teleserie, que se hace cargo de todo el tema de las brechas sociales, de las diferencias entre ricos y pobres, del clasismo, de la discriminación, de grandes temas donde te das cuenta que no hemos cambiado nada. El vestuario puede ser distinto, pero en el fondo el tema de la mujer, de la participación de la mujer, de la validez de la opinión de la mujer en la sociedad, todas esas cosas yo creo que permanecen fuertemente y aquí son más groseras aún porque a uno le da rabia ver escenas en que los hombres dicen cállate, eso es un tema. Los maridos acá en la teleserie usan el cállate y listo, y se acabó, entonces eso es fuerte, pero también yo creo que nos retrata y eso en definitiva yo siento que la televisión tiene que hacerse cargo de educar, de mirar, de poder comentar mira como éramos, hemos cambiado, no hemos cambiado, hacer una autocrítica y seguir modificándonos, creciendo.
Has hecho bastantes teleseries de época ¿Qué te pareció sumarte a este proyecto?
Me encantó. O sea lo primero que me gustó fue que fuera de época porque ya te permite hacer una caracterización. A mí me gusta caracterizarme, alejarme de mí y generar un personaje único, y a veces las teleseries cuando son muy modernas como que te haces asimismo y bueno, para mi tiene mucho más atractivo participar de una teleserie de época, por eso dije altiro que sí y me gustó mucho poder entrar al proyecto porque sabía que era un megaproyecto, en que iban a hacer un pueblo, en que de nuevo volvíamos a lo que eran las teleseries antiguas, así de otras épocas. Es súper lindo ver los caballos, las carretas, los extras. Así que estamos contentos porque sentimos que es un proyecto que va a definir una franja horaria de producción nacional que es importante mantener.
Además es un cambio en Mega, que básicamente estaba haciendo teleseries en tono de comedia.
Es un riesgo y ojalá que el público nos acompañe, que sea abierto a ver otras propuestas y así poder seguir desarrollándolas porque son muy interesantes, muy entretenidas. La ficción completamente desde un nivel de producción grande, bien producido, y digamos que comparte contenidos que nuestra sociedad todavía tiene.
Tu último trabajo televisivo fue Letizia de “Matriarcas”.
Sí, Letizia gran personaje, además que le metí eso de las frases y todo. Me gustó mucho. Ella era irónica a morir, ahora en cambio Guillermina es pesada de frentón, es muy resentida, muy amargada, muy envidiosa, y quiere estar siempre en un lugar donde no está, tiene otro peso. Así que ese va a ser el tema, estar ocho meses en esa energía no es menor.
Un buen desafío para volver a las teleseries.
Yo eso sabía, que en la medida que hiciera otra teleserie tuviera un lugar de conexión con el proyecto, no solo por hacer tele porque igual después de “Matriarcas” me dedique a hacer teatro, clases y muchas funciones, y cine, que hice una película, entonces no es que te quedes sin pega, sino que realmente valga la pena volver a la televisión, que sea entretenido. A veces no es lo que esperas y se abren otras áreas muy bonitas. Hice una película que se estrena este año, “Green Grass”, que es una coproducción chilena japonesa que está preciosa, que es totalmente otro mundo, o sea la dirección de arte es de un japonés. Entonces eso a uno lo alegra porque son proyectos diferentes, que te hacen un giro en lo que estás haciendo siempre.
A veces es el apoyo del público lo que falta para que se siga apostando por ese tipo de proyectos.
Sí, yo creo que es un tema más de ir educando, informando bien y poner los contenidos. Yo creo que la televisión tiene esa obligación, independientemente de lo que el público diga hay target para todos.