![]() |
Gentileza TVN |
La noche de este lunes, TVN emitió el final de la nocturna basada en la historia de Carmen Marín, también conocida como la endemoniada de Santiago, joven que se convirtió en la protagonista del primer exorcismo realizado en nuestro país. El episodio que se extendió por casi dos horas alcanzó un promedio de 11.3 puntos y un peak de 14 unidades. En el caso de Twitter, el hashtag #LaPoseída se convirtió en el trending topic más comentado a nivel mundial. Lo mismo ocurrió en nuestro país, donde además se sumó el hashtag Luciana Echeverría.
“La Poseída”, que finalizó con un total de 73 capítulos, episodios que desde finales de agosto se emitían en formato de larga duración, debutó el domingo 17 de mayo con un promedio de 10.3 puntos, por lo que su final se convirtió en su capítulo más visto. Junto a ello la producción fue muy valorada en redes sociales, especialmente en Twitter donde se convirtió en trending topic con la mayoría de sus emisiones.
El último episodio de la teleserie comenzó con el enfrentamiento de Eleodoro (Francisco Melo) y sor Juana (Amparo Noguera), luego de que Carmen (Luciana Echeverría) fuese a la mansión Mackenna a revelarle al patriarca del clan que ella fue producto de la violación que él cometió hace diecisiete años atrás. De esta manera, el político llego hasta el convento a enfrentar a la religiosa, confirmando la información a través de las marcas que le realizó cuando abusó de ella en el ritual satánico. Más tarde, el Arzobispo de Santiago (Hugo Medina) anunció la destitución de Juana como madre superiora del convento de las Hermanas de la Caridad, dejando a sor Beatriz (Taira Court) en su cargo. En ese momento Juana aprovecha la oportunidad de confesarle al resto de los integrantes de la congregación que Marín es su hija y por eso siempre la ha protegido. Tras la humillación del Monseñor a Juana, es Carmen quien sale a defender a su madre, exponiéndole a todos los presentes que ella nació de una violación cometida por Eleodoro Mackenna, el futuro presidente de Chile.
Para empezar el ritual de Los Altísimos, aprovechando la noche de luna creciente, y cumplir así con la profecía que comenzó con la violación de sor Juana, Pedro entregó a Adela (Magdalena Müller) a la sociedad secreta que lidera Mackenna, a la joven novicia le hacen cortes en la mano para tener su sangre virgen. Y pese a que él mismo la entregó en sacrificio, Pedro no aguantó ver como abusan de su amada y llega a rescatarla irrumpiendo en la ceremonia y asesinando a un senador de la república (Álvaro Pacull). Por otro lado, la secta satánica secuestra al prefecto Vicente Smith (Tiago Correa) y al doctor Bernardo Urmeneta (Óscar Hernández), y los quema vivos en un pentagrama invertido, acto que es observado por Eleodoro y Olimpia (María Elena Swett), quien optó por ser fiel al candidato presidencial.
Después de usar a Adela en el ritual, terminar con las vidas de Vicente y Bernardo, violar a Guacolda (Gabriela Arancibia) en venganza por haberlo envenenado e intentar asesinar a Ernestina (Patricia Rivadeneira), Eleodoro recibe la visita de su hija Vitalia (Alicia Rodríguez). En ese momento Mackenna le anuncia que ella se convertirá en su gran heredera, siendo la privilegiada para escuchar la historia familiar: “Cuando yo tenía tu edad, mi padre me llevó a un viaje a Tierra del Fuego, cazar indios, yaganes, en ese viaje Mi padre me reveló que por nuestras venas corre sangre de los escogidos, uno de cada generación tiene el honor de aprender la sabiduría y guardar el secreto, un honor reservado solo para hombres, hasta ahora. Nunca una mujer había tenido tal privilegio, pero sin duda tú tienes muchas más cualidades que tu hermano”.
Tras contarle su gran secreto, Eleodoro le entrega una medalla con una luna creciente, símbolo de Los Altísimos y la llevó a ser parte del final del rito ocultista donde Carmen fue el sacrificio. Cortaron sus muñecas, bebieron de su sangre y de manera paranormal la joven comenzó a levitar ante la atónita mirada de sus captores, quienes finalmente huyeron al ver que sor Juana, el padre Raimundo (Marcelo Alonso) y Gabriel (Jorge Arecheta) llegaron a rescatar a la novicia.
En un doloroso sacrificio y demostrando su amor a la joven, el padre Raimundo decidió absorber el espíritu que poseía a Carmen en un nuevo rito exorcista. Ya con el demonio dentro de él, le pidió a Sor Juana que lo asesine para detener de una vez por todas al diablo. De esta manera, la religiosa termina con la vida del sacerdote clavándole un cuchillo.
Al día siguiente, y tras la muerte del presidente Balmaceda, Eleodoro le anunció a su familia que la junta revolucionaria lo designó como el nuevo presidente de la nación. Pese a su buena noticia, la felicidad no duró mucho para Mackenna. Y es que su hermana Asunción (Antonia Zegers) aprovechó la ocasión para revelarle que Bernardo dejó una carta contándole toda la verdad a Ángeles (Ignacia Baeza). Contándole que ella fue la hija que Eleodoro le arrebató en el parto para regalársela a su mejor amigo. Horas antes, Ángeles había aceptado a Asunción como su madre. Ambas mujeres junto al pequeño Ignacio (Agustín Canales) terminan yéndose a Paris.
Por su parte, mientras velan el cuerpo del Padre Raimundo, sor Juana vuelve a reencontrarse con Carmen, ahí madre e hija se despiden para siempre. Carmen optó por alejarse de todos y desaparecer para proteger su vida de los Mackenna, mientras que Juana decide llevar una vida de claustro alejada del mundo.
Las historias de la chingana tuvieron final feliz. Mientras Melchor (Diego) le pidió matrimonio a Micaela (Daniela Ramírez), para así formar una familia junto al pequeño Salvador, Pedro y Adela deciden irse a Chillán, donde la familia de la joven, en este viaje también los acompañará Rosa (Francisca Gavilán), quien termina perdonando los errores de su hijo.
Sin embargo, la dicha no alcanzó para Gabriel y Carmen. En la proclamación de Eleodoro como presidente de Chile, los enamorados se encontraron por última vez en secreto. Ahí, él le dedicó todo su amor, pero ambos entendieron que no podrían estar juntos, ya que él está con Luisa y Carmen tiene que huir para alejarse de los Mackenna. Cuando Eleodoro creyó que había triunfado y celebraba solo en su despacho, Carmen llegó para vengarse. Llena de ira, tomó un arma y le apuntó en la cabeza. Solo se escuchó un disparo sin saber qué sucedió.
Como las grandes teleseries de antaño, la producción también sumó una leyenda a su final, en este caso una reseña histórica en relación a lo que pasó con la protagonista en la vida real. “La verdadera Carmen Marín desapareció sin dejar rastro después de ser exorcizada por el padre Raimundo Zisternas el 1 de agosto de 1857 en el Hospicio de las Hermanas de la Caridad. Uno de los doctores que la examinaron durante el proceso, el visionario doctor Manuel Antonio Carmona, dijo de ella: Dicha Carmen Marín no es poseída ni tampoco desposeída de tal demonio. Todo lo que hay de portentoso en ella es una rara manifestación de su alma (Santiago, septiembre 1857)” fue lo que se pudo leer en pantalla.
Por su parte, a la hora de exhibir los créditos finales, se estrenó un clip de escenas musicalizado por “La Poseída”, canción que nació del cariño que se generó en el equipo de la teleserie. El tema fue escrito y musicalizado por los actores Luciana Echeverría, Gabriel Cañas, César Sepúlveda y Tiago Correa. Aquí su letra: “Soy la poseída, estoy aquí perdida. Hoy veo mis heridas, me crees tan desvalida. No quiero un caso nuevo, fabrico mi destello. Es la poseída, no busca la salida. El río lleva ira, son sus abismos no es su vida. Deja romper tus huesos, puedo juntar tus besos. No quiero terminar en tu cabeza, robándole segundos a tus metas, qué dolor. El tímido latido no es promesa, también puedo odiar en una iglesia, y eso es. Es tanto tiempo que te he esperado, que ya no te puedo esperar más, ya no puedo quedarme sin hacer nada, nada. No me digas no mi amor, aquí estoy yo con el corazón. Abierto para esperarte, para llevarte dentro, llenar ese vacío y el infierno que está en tu cuerpo. Lléname despacio. No quiero terminar en tu cabeza, robándole segundos a tus metas, qué dolor. El tímido latido no es promesa, también puedo odiar en una iglesia, y eso es. Estoy ardiendo padre”.
“La Poseída. Marcada por el amor”, escrita por Josefina Fernández, Francisca Bernardi, Hugo Morales y Juan Pablo Olave, con la producción ejecutiva de Rodrigo Sepúlveda, la dirección de Víctor Huerta y Rodrigo Meneses, y la producción general de Mauricio Campos, contó con las actuaciones de Luciana Echeverría, Amparo Noguera, Marcelo Alonso, Francisco Melo, Jorge Arecheta, Patricia Rivadeneira, Antonia Zegers, Francisca Gavilán, Daniela Ramírez, Óscar Hernández, Ignacia Baeza, César Sepúlveda, Taira Court, Tiago Correa, Emilia Noguera, Diego Ruiz, Alicia Rodríguez, Magdalena Müller, Gabriel Cañas, Francisco Ossa, Hugo Medina, Gabriela Arancibia, Constanza Contreras, Camila Roeschmann y Agustín Canales. Al elenco estable también se sumaron las participaciones de actores como María Elena Swett, Mireya Sotoconil, Pablo Ausensi, Francisco Celhay, Pablo Aranda, Natalia Valladares, Hugo Vásquez, Daniel Antivilo, Andrés Gormaz, María Paz Grandjean y Álvaro Pacull.
3 comments
¿Quién fue aquí "Pablo Aranda"?
Sanhueza, el otro policía. Él le contó a Eleodoro que Guacolda intentó envenenarlo con hierbas. Saludos!
Ah, el soplon. Gracias.
Comments are closed.