Gentileza TVN |
Tras pequeñas participaciones en “El Niño Rojo” y “Sudamerican Rockers”, este año la actriz llegó a tomarse las pantallas de TVN por partida doble siendo parte de “Sitiados” y “La Poseída”. En la serie que finaliza este domingo da vida a Sayén, una líder y guerrera mapuche decidida a eliminar a los españoles de sus tierras, lo que la lleva a enfrentarse incluso a su hermano Nehuén (Gastón Salgado), quien mantiene un romance con una winka. Mientras que de lunes a jueves interpreta a otra mujer mapuche. En la teleserie nocturna es Guacolda Paillán, la servicial empleada de los Mackenna que siempre está aconsejando a sus patrones fiel a sus tradiciones milenarias.
Te viniste de Antofagasta a Santiago para estudiar teatro en la Universidad de Chile ¿Siempre quisiste ser actriz?
No. Cuando chica quería ser otras cosas, un poco lo típico que pasa con los niños. Cuando estaba en la media me metí a un taller de teatro y como en tercero ya quería ser actriz. Y como en Antofagasta hay una vida teatral bastante movida, fui espectadora de varias puestas en escena, compañías de Santiago que iban a presentar sus trabajos. Por ahí por segundo medio vi “Gemelos” y me voló la cabeza. Siempre he estado muy agradecida de la gente de teatro que conocí en Antofagasta, los admiro harto.
Actualmente te vemos en dos producciones, en “Sitiados” eres Sayén ¿Qué te pareció interpretar a esta mujer líder, considerando además que de lo poco que vemos de la cultura mapuche siempre en el aspecto de la batalla se destaca el rol masculino?
Para mí Sayén ha sido el desafío más completo e importante que he tenido hasta el momento en el área audiovisual. Aprendí muchísimo, no sólo adquirí herramientas para mi trabajo (que son innumerables) sino que aprendí sobre todas las cosas que nos conforman como habitantes de este país, de esta historia. Me parece un tremendo honor y privilegio haber sido parte de esta serie y del rol que interpreté. Es un pedazo de la historia que nunca antes se había tocado, y me parece más que necesario hacerlo, en un país donde siempre se aspira parecernos a ese primer mundo, olvidando absolutamente el origen y el propio desarrollo de nuestras raíces. También la historia nos cuenta que las mujeres mapuche asumían muchas veces el rol de weichafe cuando iban perdiendo a sus hombres. Las mujeres eran parte fundamental de la resistencia porque abarcaban muchas aristas desde la familia nuclear hasta la gran familia del territorio. Para mí realmente es un orgullo “Sitiados”.
¿Cómo te preparaste para este personaje?
Me preparé en muchos sentidos: junto con todos los demás colegas tomamos clases de mapudungún e historia mapuche con el gran Antonio Chiwaikura que nos enseñó como un buen mapuche sabe hacerlo, no sólo los datos duros de la historia sino también lo hermoso que conlleva la vida en un contexto como éste tan adverso pero a la vez tan lleno de aprendizajes. También entrené bastante para poder adquirir el tono corporal de una weichafe; aprendí a correr caballos a pelo, a combatir a puño y con armas, para esto el trabajo del stunt man Wernher Schurmann fue indispensable para nuestro entrenamiento. Además de eso, y para poder acercarme al personaje de Sayén, leí sobre mujeres mapuche, historia, la visión que tenía la corona de ellos y vi algunos referentes de guerras en películas. De todo un poco para dar vida a una época de la que no hay tanto investigado.
¿Cómo se dio tu llegada a las teleseries?
Se dio por “Sitiados”. Hicieron el link por ahí. Yo había trabajado en algunas series pero nunca había estado en un canal hasta ahora que llegué a “La Poseída”. Una hermosa experiencia también.
“Sudamerican Rockers” y “Sitiados” tienen un tratamiento más cercano al cine, que es el género que conocías ¿No tuviste prejuicios con el hecho de pasar a una teleserie? ¿Qué te ha parecido esta experiencia?
Lo que me ponía nerviosa en un principio no es ningún prejuicio, sino algo muy concreto y sabido: el frenético ritmo de trabajo en la televisión es diametralmente opuesto al del cine, realmente son dos cosas bien distintas, y las series no están al medio, están más tiradas para el lado del cine. Tenía nervio de no ser capaz de sumarme a ese ritmo y demorarme en subirme al tren, básicamente miedo a dar jugo. Pensaba también que el ambiente al ser tan numeroso podía ser frío, tipo ir a hacer la pega y te vas, pero nada que ver; me he encontrado personas increíble y he estrechado lazos importantes, en mi experiencia ha primado el respeto, la amabilidad y el cariño. No tengo nada que decir porque la verdad es que he aprendido mucho y lo he pasado muy bien. Me interesa siempre ir en busca de nuevos formatos en la actuación.
En “La Poseída” también interpretas a una mujer mapuche, me imagino que la preparación de tu otro personaje te sirvió para armar este nuevo rol.
Sí, por supuesto. He tenido el honor de representar a tres mujeres en tres formatos diferentes: Sayén en “Sitiados”, Guacolda en “La Poseída” y a una nodriza en la película de Ricardo Larraín “El Niño Rojo”, la que se dio como miniserie el año pasado cuando Mega abrió su área cultural. Cada vez sé más y claro que me ayuda a construir mi rol de esta teleserie, además el equipo creativo de “La Poseída” te ayuda mucho. Me gusta que estas tres producciones sean de época, pero me encantaría interpretar una mapuche actual, con toda la urgente situación por la que este país está pasando ahora.
Hasta ahora Guacolda se ha mantenido como una empleada sumisa que sólo escucha lo que sucede a su alrededor ¿Te ha gustado como se ha desarrollado su historia? ¿Va a seguir así o tomará más relevancia?
Me ha gustado mucho, porque el personaje que más mira y escucha es el que más secretos guarda, propios y ajenos. Y no, no va a estar siempre sumisa, va a empezar a accionar y sus conocimientos ancestrales van a seguir acompañándola.
Al estar en pantalla con “Sitiados” y “La Poseída” ¿Cómo has visto la recepción de tu trabajo por parte del público?
Bien, ha sido todo muy bonito. En la calle paso más que piola, pero también me he encontrado con personas que se me acercan a felicitarme y en esto de Twitter también he cachado que los personajes son bien queridos, les gusta que sean parte de nuestro origen. Yo feliz, con ganas de seguir trabajando e indagar en otros personajes y formatos.