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Tras varios años de terminar su rodaje, finalmente el telefilme dirigido por Joaquín Eyzaguirre hizo su debut este sábado en las pantallas de la señal estatal. Basada en la novela “Crónicas Vedadas” de Mónica Echeverría, la producción fue protagonizada por el actor peruano Sergio Galliani, quien interpretó al único inquisidor que llegó a nuestro país a mediados del siglo XVII.
Junto a Sergio Galliani, el elenco también contó con Francisco Melo, Carolina Cartagena, Sergio Hernández, Francisca Imboden, Claudia Cabezas, Ramón Llao, Jaime Hanson, Edgardo Bruna, Pedro Vicuña, César Caillet, Álvaro Espinoza, Bárbara Ruiz Tagle e Iván Álvarez de Araya.
Con guiones de Joaquín Eyzaguirre, Roberto Contador y Consuelo Castillo, quien también trabajó como productora ejecutiva, “El Inquisidor” se adjudicó fondos del Consejo Nacional de Televisión el año 2004 para su realización a cargo de la productora Cinembargo y que incluyó grabaciones en la región del Maule.
Corre el año 1647, don Francisco Alcázar de Romo (Sergio Galliani), representante del tribunal de la Santa Inquisición, es enviado a la Capitanía General de Chile desde el Virreinato del Perú, junto a un séquito de emisarios del Santo Oficio. Fuertes rumores, que describen graves ofensas a Dios, en la denominada ‘Provincia del Diablo’, han llegado a oídos de este poderoso brazo de la Iglesia Católica; la misión del inquisidor y sus acólitos es muy clara: dar duros ejemplos que mantengan a la población dominada a través del miedo a un dios implacable y castigador. Don Martín de Mujica (Sergio Hernández), gobernador de la Capitanía, ha promovido una saludable, pero frágil tregua con los indígenas, asunto que inquieta de sobremanera al Inquisidor, debido a que la supuesta naturaleza inferior del alma de éstos, impide que sean juzgados por este tribunal. Al Señor inquisidor también le perturba la excesiva cercanía que se ha venido gestando entre indígenas y chilenos.
Por otro lado, en medio de la fiesta de la virgen, el oidor de la Casa de la Real Audiencia, don Rodrigo de la Plazuela (Álvaro Espinoza), es asesinado por uno de los guardias reales, don Rodrigo de Navarra, al sorprenderlo violando brutalmente a su mujer, doña Antonia (Francisca Imboden). Ambos son denunciados ante el inquisidor por Salvador Urquijo (Ramón Llao), un guardia de rango inferior, quien busca vengarse de Navarra, motivado por un profundo rencor emanado de pasadas humillaciones. A partir de estos hechos de sangre y de la llegada del inquisidor a Santiago, se desatarán una vorágine de trágicos y decisivos acontecimientos, que cambiarán de manera radical el devenir de una incipiente nación dominada por la España católica, y que determinarían el carácter opresivo de la relación entre chilenos y mapuches y el aplastante dominio que ejercerían los españoles y sus descendientes criollos, por sobre el pueblo indígena hasta nuestros días.
“El Inquisidor” se erige como una historia vibrante, potente, auténtica y violenta, tal como el Chile de hace 300 años, que gira en torno lo débil que se torna el alma humana cuando la conciencia es cruelmente dominada por el odio, el rencor y el miedo. Don Francisco representa el juicio ciego y vehemente del hombre contra sus propias faltas y debilidades, proporcionándonos una aterradora visión acerca del poderoso influjo que ejerce el miedo sobre la condición humana y de cómo este factor ha sido aprovechado por los poderosos para instaurar un brutal, pero efectivo mecanismo de control sobre la conducta del hombre a lo largo de la historia.