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Tras el despertar de Lucas, y el alta médica de Seba, Cristina y Marco, llegó a su fin la primera temporada de la ficción de TVN. Tal como sucedió en toda la serie, la voz en off de Lucas fue la encargada de cerrar el episodio: “Los pulseras íbamos a estar siempre juntos, aunque estuviésemos físicamente separados. A Lautaro y a mí nos tocaba seguir en el hospital, y a los otros les tocaba lo más difícil, aprender a vivir afuera. Ser un pulsera es para toda la vida”.
Cristina (Ignacia González) logra subir de peso, consiguiendo el alta médica, lo mismo pasa con Marco (Andrés Silva), quien en vez de irse a un hogar de niños será trasladado a un hospital universitario donde estudiarán su síndrome de asperger. Por su parte, Seba (Santiago Figueroa) decide pedir su traslado al hospital de Parral. Lautaro (Lucas Sáez) no es capaz de aceptar que sus amigos se irán, por lo que busca rincones en el hospital para esconderse y no vivir la triste despedida. Todo parece ser muy triste, pero siempre en la adversidad que enfrentan estos niños aparece una esperanza y esta se expresa en la situación que vive Lucas (Matías Bassi) quien sorpresivamente despierta de su largo coma. Finalmente sólo Lucas y Lautaro quedan en el hospital, y este último opta por salir a despedirse de sus amigos, ahí todos se abrazan, y él se besa con Cristina.
La historia que giró en torno a Lautaro, Sebastián, Cristina, Ignacio, Marco y Lucas, un grupo de adolescentes internos en un recinto hospitalario debido a distintas enfermedades: cáncer, bulimia, insuficiencia cardíaca y coma profundo, retrató con humor, ternura y optimismo, sus vidas y aventuras dentro del hospital, resaltando valores como la amistad, las ganas de vivir y el afán de superación, ganándose con ello el cariño del público.
Al igual que en todas sus emisiones, en su último episodio, la serie también fue alabada en Twitter. Así logró ser trending topic en Chile con los hashtag “Despertó Lucas” y #PulserasRojas.